POLOPOS. Santa Ana en la Haza del Trigo

Hoy jueves, romería y procesión.

El pueblo de Haza del Trigo, perteneciente al municipio alpujarreño de Polopos-La Mamola, celebra estos días sus antiquísimas fiestas patronales en honor a Santa Ana. El programa festivo contempla numerosas actividades lúdicas  y religiosas, destacando la procesión.

Como se contaba en IDEAL el pasado año, el entrañable Juan José Muñoz, nacido en La Mamola, y propietario de una floristería en El Ejido, es el encargado desde hace una década de adornar las andas de Santa Ana con 400 rosas rojas y blancas y el verde que admiten. Juan José se encarga también de adornar y decorar los pasos que salen en procesión en las fiestas de Los Gálvez, La Mamola, Los Yesos, Polopos, Sorvilán, Melicena, etcétera.

Este jueves 26 de julio, a las 12:00 horas, tendrá lugar la Santa Misa en su honor en la Iglesia de su mismo nombre, y a las 19:30h está prevista la salida de la sagrada imagen para recorrer en romería distintos pueblos y parajes de la comarca como El Lance, Casarones, Castillo de Baños o La Guapa, que esperan tenerla durante unos instante en sus calles. En Haza del Trigo cuando finaliza la romería de Santa Ana (la imagen va transportada en un vehículo) y los vecinos y visitantes vuelven al pueblo después de pasar por El Lance, Casarones, Castillo de Baños y La Guapa, comienza la procesión por el casco urbano y existe la tradición de que muchos hijos del pueblo y los hombres que estén casados en este lugar y se encuentren en forma se encaramen en el tejado de la iglesia para tocar la campana amarrada a una cuerda.

El nombre de Ana significa ‘gracia’. Santa Ana y su marido San Joaquín (que significa ‘preparación del Señor’) fueron los padres de María y abuelos del Salvador, como dicen los biógrafos. Santa Ana nació en Belén, de la tribu de Judá. Su madre se llamó Maria. Matán y Maria tuvieron tres hijas. La mayor, Maria, contrajo matrimonio con Cleofás y fue madre de Santiago el Menor y de San Judas Tadeo. La segunda hermana se llamó Sobé y fue la madre de Santa Isabel. La tercera hija fue Ana, madre de la Santísima Virgen.

Joaquín y Ana vivieron muchos años casados sin tener descendencia. La esterilidad era entonces reputada como una especie de maldición del Cielo. Postrados en oración, los esposos prometieron que, si el Señor se dignaba concederles algún fruto de su matrimonio, lo consagrarían al santo servicio del templo. Se asegura que Santa Ana tuvo la revelación del feliz nacimiento, que fue anunciado a San Joaquín por el misterio de un ángel. Cumplieron su promesa cuando nació la Virgen, trasladándose ellos a Jerusalén para estar cerca de su hija.

Joaquín vivió todavía algunos años y se asegura que entregó su espíritu a los ochenta años en brazos de su esposa y de la Santísima Virgen. Santa Ana pasó los años que le quedaron de vida en el retiro y la oración. Murió a los 79 años y fue enterrada junto a su esposo. Llama la iglesia ‘dulce sueño’ a la muerte de Santa Ana para dar a entender la tranquilidad con que expiró. En el municipio alpujarreño de Cáñar también se celebran las fiestas en honor a Santa Ana y San Joaquín.

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