Pregonada la Semana Santa 2019

Álvaro Barea ofrece un magnífico pregón.

Pregón “muy lleno de vivencias y cofrade”, así quería Álvaro L. Barea que fuera su Pregón de la Semana Santa de 2019. Y lo consiguió. El pregonero tiró de la memoria, recordó su infancia, personas que ya no están, rincones que han cambiado… un texto en el que quiso contarle a Granada sus recuerdos, vivencias y experiencias personales en torno a las diferentes cofradías. Antonio Cambil fue el encargado de presentar al pregonero.

Nada más coger el micrófono Barea daba las gracias a las autoridades asistentes, así como a las personas que habían  decorado el escenario con enseres pertenecientes a sus distintas hermandades.

“Dueles de hermosa Granada”, fue el primer piropo que le lanzó a la ciudad mientras una música de fondo lo acompañaba y recordaba escenas y rincones del paisaje de la ciudad. “Si no existieras Granada la poesía estaría huérfana.  Si no existieras Granada habría que fundarte”, señaló.

En la jornada del Sábado de Pasión comenzaba su recorrido por distintos momentos de la Semana Santa. “Asistimos a la narración de un drama que en Andalucía vestimos de fiesta”, indicaba al empezar un paseo por diferentes lugares de la ciudad por los que pasan cofradías, sitios donde “te espera el cofrade, Granada”, según señalaba el pregonero. No faltaron recordatorios a bares cofrades de la ciudad “donde el cofrade con la sabiduría que le otorga el tiempo sabe esperar”.

La puerta de La Lanzada y la primera salida del paso de palio del Despojado fueron instantes que quiso tener presente Barea de una forma especial. Siguió luego una reflexión sobre “los Cristos de madera”, fragmento en el que fue repasando brevemente las diferentes imágenes de Cristo que cada Semana Santa se ponen en las calles, terminando con versos dedicados al Señor de los Favores del Campo del Príncipe. “No hay nada de malo con poner un rostro al Hijo de Dios para familiarizarnos con el que habita en el Sagrario”, se refería al hablar de los cultos a las imágenes de Jesús y de María, destacando la importancia de esto para la fe. “Pido respeto para nuestra forma de creer y sentir a Dios. Pido respeto para nuestra Semana Santa”, señaló, refiriéndose además a las obras de caridad y acción social de las hermandades.

Pidió apoyo para los grupos jóvenes de las cofradías y tuvo presentes recuerdos de su infancia y juventud, tanto como cofrade de Granada como también de Sevilla, a través de una mirada a una caja donde guarda recuerdos el pregonero.

No faltaron anécdotas como el año que se rompió la antigua carroza de ruedas de la Santa Cena en la plaza de Bibrrambla y ahí decidió hacerse costalero del Señor, “yo seré de tu Cena eternamente”, afirmó.

“La Semana Santa tiene un perfecto equilibro entre el gozo y el sufrimiento” , señalaba el pregonero al hablar de cómo se llega a una hermandad y recordar anécdotas y pequeñas vivencias que suelen tener los cofrades, lo que incluso despertó la sonrisa de los asistentes.  “Las cofradías tienen mucha guasa”, decía antes de referirse al mundo costalero.

Prosiguió el pregonero hablándole al  ‘ciego de Granada’, describiéndole momentos de la Semana Santa de la ciudad como la salida del Rescate, y luego prosiguió por un recorrido por más momentos de las distintas hermandades, culminando con la imagen del Gran Poder.

“Mirando al Cristo de la Misericordia aprendí a rezar el Padrenuestro’ afirmaba el pregonero al referirse a su Cristo del Silencio, contando algunas vivencias junto al crucificado del que dijo “le han encendido las luces sin siquiera preguntarle”, mostrando así su rechazo al hecho ocurrido el pasado año cuando no se apagó el alumbrado público al paso de la cofradía.

También tuvo presente el pregonero a los barrios de Granada, deteniéndose especialmente en el barrio del Realejo, del que dijo que “en siete días de Pasión será el Realejo la gloria”. A la Virgen María le dedicó también sentidos versos, recorriendo una por una las dolorosas granadinas en unos versos que terminaba diciendo “la Virgen es granadina porque Granada es el cielo”.  A dolorosas como la Victoria o la Esperanza le dedicó sentidas palabras, recordando su Coronación canónica el pasado otoño y como fue arropada por todos la imagen, algo por lo que daba las gracias a la ciudad. “No hay más bello sufrimiento que el de tu hermosa Esperanza”, le decía el pregonero a la dolorosa de Santa Ana antes de encarar la recta final de su pregón en la que se refirió a la infancia, así como a la jornada del Domingo de Resurrección.

Terminaba su pregón pidiendo a los cofrades “aprovechad cada momento”. Hacía así, en los últimos minutos de su texto, una llamada para “disfrutar de la Semana Santa con el alma de los niños que fuisteis porque todos estamos sujetos a la brevedad de la vida”. El sonido grabado de campanas le sirvió de fondo para recitar unos últimos versos que terminaba exclamando “resucítate Granada”. Una cerrada ovación de los asistentes agradecían  el texto de un pregón que ha despertado los halagos y comentarios positivos de todos los asistentes.

 

.-En nuestra edición de mañana lunes, como cada año, repasaremos el ‘Anecdotario del Pregón’,

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