La jornada del Lunes Santo es un día de grandes contrastes en la Semana Santa de la capital granadina. La cofradía zaidinera de la Luz y el Trabajo fue la primera en echarse a la calle desde este barrio cada Semana Santa. Ayer, volvía a repetirse el ritual en las puertas del templo del Corpus Christi, en medio de un ambiente festivo entre los vecinos de este populoso barrio. A la hora exacta de la salida, unos nazarenos de la cofradía salían del templo por una de las puertas laterales del mismo, dirigiéndose hasta el amplio portón de salida y golpearon en el mismo. En ese momento se abrieron las puertas del Corpus Christi, llenándose su interior de la luz del sol de la tarde.
Se trata de una de las corporaciones que más arropo popular tienen, y eso se podía contemplar tanto en la salida del cortejo como luego, ya entrada la madrugada, al regresar los pasos nuevamente por la Avenida de Dílar hasta su templo. Cada vez crece el número de personas que acompañan a la hermandad hasta su entrada en el templo, habiéndose notado también en esta ocasión un incremento en la participación de hermanos en las filas del cortejo. Los sones de la Agrupación Musical de las Angutias, de Alcalá la Real, sonaban detrás del paso de misterio que era llevado por sus costaleras. Este año el paño que porta la imagen de la Verónica entre sus manos ha estado dedicado a la imagen de Jesús Despojado, habiendo sido pintado, nuevamente, por Juan Antonio Galdón. Las costaleras del paso de misterio realizaron un cuidado trabajo, que se mantuvo hasta el regreso nuevamente al Corpus Christi en las primeras horas ya de la madrugada del Martes Santo, cuando los aplausos sonaban una y otra vez en la entrada del paso en su templo. También muy aplaudida fue la salida del paso de palio, a los acordes de las marchas interpretadas por la Banda Felipe Moreno de Cúllar Vega, y con muy buen andar de sus costaleros.
Aunque el Trabajo fue la primera hermandad en salir, la primera de las cofradías en llegar a la Carrera Oficial fue la del Huerto de los Olivos. La imagen del Señor arrodillado, titular de la cofradía de las Comendadoras de Santiago, estaba en la calle a primeras horas de la tarde. Las puertas del patio del convento de las Comendadoras de Santiago se llenaron de público para no perder detalle de la salida de la hermandad. Estuvo acompañada la cofradía por la Banda de Música del Despojado y la Asociación Musical San Isidro de Armilla, presentando sus dos pasos un bello exorno floral, con iris morado, jacintos del mismo color, orquídeas, antirrinum, rosas pitiminí, rosas y eucalipto en el paso de misterio y calas blancas, la flor llamada Boris Becker, rosas pitiminí, flor de cera, rosas blancas y astroemelias en palio. Bastante expectación en la salida del paso, momento inolvidable de la Semana Santa granadina, ya que a la poca altura de la puerta se añade la complicada pendiente que tiene la calle y el giro que, nada más salir, deben de realizar los pasos. Expectación también en la salida del palio, diseñado por Juan Díaz Losada, y tiene como base un programa simbólico e iconográfico basado en la figura de la Virgen María, obra de Mariano Sánchez Pantoja, actual hermano mayor de la cofradía.
Cada Lunes Santo la Carrera del Darro se llena del color característico rosa salmón que caracteriza a la cofradía de Los Dolores. Y es que si hay alguna cofradía vinculada a un color determinado esa es la de los Dolores y el color rosa asalmonado presente en las bambalinas de su palio, faldones, manto, sinpecado, paños de bocina… y tantos enseres. La hermanad volvía ayer a hacerse protagonista entre las miles de personas que llenaban las puertas de la iglesia de San Pedro, la Carrera del Darro y Plaza Nueva. Bello el discurrir de la hermandad con el telón de fondo de las torres alhambreñas, como bello verla pasar por delante de Santa Ana y la Real Chancillería, o luego contemplar su regreso nuevamente por estos puntos tan significativos de Granada. Su propia banda acompañaba el andar de la cuadrilla de costaleros. La dolorosa estrenaba una saya.
Casi a la par que salía la Virgen de los Dolores también se ponía en la calle la del Rescate. Llegaba a la carrera oficial poco después e las ocho y cuarto de la tarde, tras el paso de la cofradía de los Dolores, estrenando el Señor una nueva túnica, que se presentaba en los días finales de la Cuaresma, y que ha sido realizada con bordados antiguos donados a la corporación del templo de la Magdalena. La procesión la abría la cruz de guía de la hermandad seguida por más de ciento cincuenta hermanos vistiendo la túnica tan singular de esta hermandad, de terciopelo morado cardenal, capillo de raso carmesí con el escudo de la corporación bordado en el pecho y fajín en color oro viejo. El acompañamiento musical de la hermandad lo puso un año más la Agrupación Musical María Magdalena de Arahal, una de las formaciones musicales más importantes de toda Andalucía. Ayer Arahal volvió a demostrar su extraordinaria calidad musical. Tampoco faltaron en el cortejo representaciones de otras cofradías e instituciones, y así estaban presentes miembros de las hermandades de la Virgen de la Cabeza, así como del cuerpo de Bomberos (hermano mayor honorario de la cofradía). El paso iba, un año más, bellamente exornado con una alfombra roja de claveles donados por los vecinos del barrio. Este pasado fin de semana los llevaron hasta el templo para que ayer acompañaran al Señor. Al filo de la medianoche regresaba la cofradía hasta la Magdalena, después de cubrir con normalidad su estación penitencial. Mucha gente se daba cita para acompañar a la cofradía en su regreso, aplaudiendo el trabajo de los costaleros y las saetas cantadas.
Terminaba la jornada del Lunes Santo con la cofradía de San Agustín, última en ponerse en la calle en la segunda jornada de la Semana Santa. Concretamente lo hacía al caer ya la noche, a las nueve menos cuarto. A esa hora ya estaba llena de público la calle San Antón, con centenares de personas esperando el momento en el que la cofradía se pone en la calle con su extenso cortejo y rico patrimonio. El silencio, el respeto y la solemnidad de adueñan de las calle al ir pasando la cofradía, que abre su cortejo con el lúgubre toque de la campaña del muñidor. Llamaba al recogimiento y a la oración, algo que transmitían los hermanos de la corporación con sus cirios color tiniebla en los tramos que antecedían al paso de Cristo y blancos en los del palio. Son las primeras túnicas negras que salen a las calles en la Semana Santa granadina, acompañando también al que es el primer crucificado que procesiona. La hermandad fue cerrando la carrera oficial en la jornada del Lunes Santo, realizando la última estación penitencial de la jornada. Su regreso, con la calle San Antón en silencio y sin luz, todo con una nube de incienso y el sonido de la música de capilla que acompañaba a los pasos y la campana del convento del Santo Ángel Custodio, fue uno de los momentos más hermosos de la jornada. La imagen del Sagrado Protector de Granada volverá a ponerse en las calles el próximo mes de octubre con motvio del quinto centenario de su hechura.
NOTA:
Toda la crónica aquí recogida es pura invención. Las procesiones del Domingo de Ramos de 2020 solo han existido en la mente, y el corazón, de los cofrades. El estado de alarma por el coronavirus, y la necesidad de permanecer en las casas, dejó 2020 sin cofradías en la calle.