La lluvia destroza otro Jueves Santo

Nuevamente no pudo ser. El Jueves Santo del pasado año 2019 la lluvia impedía a todas las cofradías salir (salvo al Silencio, ya de madrugada). Ayer, que parecía que el tiempo podía respetar más, finalmente tampoco se pudo disfrutar del Jueves Santo esperado.

La cruz de guía de La Concha debía ponerse en la calle a las cinco de la tarde, era la primera en tener que ponerse en la calle. Desde mucho antes de esa hora ya el barrio del Albaicín era un continuo ir y venir de personas, y muchas dirigieron sus pasos hasta la plazoleta del convento para deleitarse con la salida de la cofradía teniendo las torres de la Alhambra como imponente telón de fondo. Todo un homenaje a los sentidos, no solo a la vista, sino también al olfato. Desde el Jueves Santo de 2015 la cofradía de La Concha es la primera en abrir las estaciones penitenciales de la jornada. Como siempre, el patio del convento de la Concepción se quedo pequeño para acoger al gran número de personas que no quisieron perderse ese instante.

La junta de gobierno decidía pedir una moratoria de treinta minutos a la Federación de Cofradías para decidir si se ponía en la calle o no, ya que los pronósticos señalaban lluvia, y además llegaban noticias que comenzaban a caer chubascos en distintos puntos de la vega. Pasado ese tiempo, y viendo que efectivamente a las seis comenzaba a llover tímidamente en la ciudad, la hermandad decidía no hacer estación de penitencia. Esto hizo que el público se quedara sin ver el impecable cortejo de nazarenos de negro y las tintineantes cruces móviles presentes en un gran número de las insignias y varas de acompañamiento de la cofradía.

El barrio del Zaidín también volvía ayer a volcarse con sus cofradías. Lo hacía queriendo acompañar al Cristo de la Redención y Nuestra Señora de la Salud en su salida desde el colegio de San Juan Bosco. Como siempre, muchísima gente se daba cita a las puertas del colegio para presenciar como los pasos de la corporación se ponían en la calle desde las dos capillas que se alzan delante de la iglesia de María Auxiliadora en torno a las cinco de la tarde. Desde el templo se ponía en la calle el cortejo, con un buen número de nazarenos de túnica negra y capillo azul, y desde las capillas laterales lo hacían los dos pasos. Primero se abría la puerta del lateral izquierdo para que el Cristo de la Redención saliera a la calle. Buen trabajo el de los costaleros de este paso. Con aplausos recibieron al paso en la calle, al igual que ocurría luego cuando se abría la capilla de la derecha y era el paso de palio de Nuestra Señora de la Salud el que se ponía en la calle.

Todo transcurría con cierta normalidad, aunque con algo de nervios entre los hermanos al conocerse la determinación de la junta de gobierno de La Concha. Lo malo ocurrió cuando poco después de las seis de la tarde, y ya que la hermandad había salido de la Avenida de Dílar, comenzó a llover. Fueron momentos de nerviosismo, pero rápidamente y con muy buen criterio la hermandad decidió volver sobre sus pasos y regresar hasta los Salesianos. Muy buen trabajo el del diputado mayor de gobierno y su equipo a la hora de organizarlo todo para que con rapidez se regresara. A paso mudá los costaleros de Redencion y Salud emplearon muy poco tiempo en regresar a las capillas de salida, poniéndose así punto y final a la estación de penitencia.

Tanto en La Aurora como en la Estrella se quiso esperar media hora antes de decidir si se suspendía o no la salida, pero viendo que la lluvia crecía, y los partes no eran favorables, por segundo año consecutivo suspendían sus salidas. Las lágrimas en los ojos de los hermanos y costaleros no se hicieron esperar. En ambos templos se dirigieron unas oraciones y, luego, quedaron abiertas sus puertas pra que todos aquellos que lo desearan acudieran a ver las imágenes. Hasta bien entrada la noche estuvieron recibiendo la visita de los granadinos y numerosos visitantes que en este 2020 llenan la ciudad. Cuando, a lo largo de la tarde, los hermanos vieron que en distintos momentos llovía, todos se alegraron de no haberse puesto en la calle. 

El Silencio tampoco salió. A las doce de la noche debía salir la cofradía, escuchándose la mítica frase ‘Señor de la Misericordia, Granada te está espera’. A esa hora nuevamente llovía sobre la ciudad. Si el año anterior la hermandad si se puso en la calle, en esta ocasión la meteorología tampoco lo ha permitido. Era algo que ya se intuía, viendo el desarrollo de la tarde y que seguía lloviendo por la noche, pero a pesar de ello mucha gente esperaba a la hermandad en la zona de Plaza Nueva y la Carrera del Darro. Como en otras ocasiones, el próximo sábado se hará el traslado, por la mañana, de la imagen del crucificado desde San Pedro a la iglesia del Salvador.

NOTA:

Toda la crónica aquí recogida es pura invención. Las procesiones del Domingo de Ramos de 2020 solo han existido en la menta, y el corazón, de los cofrades. El estado de alarma por el coronavirus, y la necesidad de permanecer en las casas, dejó 2020 sin cofradías en la calle.

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