Sábado Santo de Alhambra

El Sábado Santo es la jornada que menos número de hermandades tiene en la calle. Solamente una, la de Santa María de la Alhambra Coronada. Nuevamente el recinto nazarita se convirtió en el escenario excepcional para contemplar la salida del rico cortejo de esta hermandad, a pesar de que ya no se pueden lanzar las bengalas desde el arco de la Justicia al pasar por aquí la cofradía.

El paso de la hermandad por las calles y jardines alhambreños fueron seguidos por centenares de personas, granadinos y, sobre todo, muchos turistas. Junto a todos ellos, el sonido de la campana de la Torre de la Vela sonando, servía de banda sonora a una jornada en la que nuevamente el buen tiempo fue protagonista. Y es que la campana de la torre más conocida de la Alhambra, la misma que suena cada dos de enero tocada por los granadinos, cada Sábado Santo comienza a redoblar en cuanto que la Virgen alhambreña toma la calle.

Las puertas del templo del recinto nazarita se abrían a las cinco y media de la tarde para dejar salir de su interior a la cruz de guía de la hermandad. Las túnicas de damasco crema tan características de la corporación, fueron llenando la tarde del Sábado Santo desde la calle Real de la Alhambra hasta la Plaza de las Pasiegas. Lugares como la salida de la Puerta de la Justicia, la Fuente del Tomate en el bosque alhambreño, el Arco de las Granadas o la llegada a Plaza Nueva fueron rincones de concentraron gran cantidad de espectadores, muchos llegados desde pueblos de la provincia u otras provincias cercanas, ya que la jornada del Sábado Santo es carente de procesiones en casi toda Andalucía.

La Banda Virgen del Castillo de Lebrija acompañaba al paso de la cofradía, que este año llevaba un bello exorno floral sobre el que se levantaba la peana de orfebrería plateada en la que iba el conjunto escultórico de la Piedad que tallara Torcuato Ruiz del Peral. A las ocho de la tarde transitaba el cortejo la carrera oficial, rezándose la estación de penitencia en la Plaza de las Pasiegas antes de que en el interior catedralicio se celebrara el Triduo Pascual. Pasada la medianoche subía el cortejo por los bosques de la Alhambra buscando el regreso de la cofradía en esta última noche de Semana Santa. 

NOTA:

Toda la crónica aquí recogida es pura invención. Las procesiones del Domingo de Ramos de 2020 solo han existido en la menta, y el corazón, de los cofrades. El estado de alarma por el coronavirus, y la necesidad de permanecer en las casas, dejó 2020 sin cofradías en la calle.

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