La Orden Capuchina conmemoraba ayer martes el 65 aniversario de la muerte de Fray Leopoldo, en un «día normal de pandemia» en que la afluencia de fieles y devotos a la cripta del beato en Granada no es «ni el 10%» de la de otros años en las primeras horas de la mañana.
Así lo han indicado desde la iglesia de Fray Leopoldo, en Divina Pastora, donde este año, el primero en que se conmemora esta tradicional efeméride desde que comenzara la crisis sanitaria del coronavirus, y el 11 tras la beatificación del fraile limosnero, no hay colas en Ancha de Capuchinos, estando la capital granadina cerrada perimetralmente para frenar la expansión de la Covid-19.
Otros años ha sido habitual la llegada de miles devotos de prácticamente todas las provincias andaluzas y de otros puntos de la geografía nacional, como Valencia, Murcia o Barcelona. El sistema ideado para controlar el cumplimiento del 30% del aforo estipulado para los templos granadinos en pandemia conlleva «un doble control» para el acceso a la cripta y al área de la iglesia y la tienda.
A la entrada, los fieles han recibido gel hidroalcohólico por el servicio dispuesto para ello por los frailes capuchinos, y se han de desinfectar los zapatos. Es imprescindible el uso de mascarilla y el mantenimiento de la distancia de seguridad. Los grupos no pueden ser de más de cuatro personas, y no constan aglomeraciones durante la mañana, han indicado las fuentes consultadas en la iglesia, que ha celebrado la primera eucaristía a las 08.00 horas.
Está abierta a visitas desde las 08.30 horas y, también de forma excepcional este año por el coronavirus, hasta las 18.00 horas. Además de las misas, y, como en cada aniversario, todos aquellos devotos que quieran contribuir con un donativo para su obra social o el proceso de canonización -que sigue su curso a la espera de encontrar un milagro que cumpla con los requisitos requeridos- podrán hacerlo en estos días, depositando lo que estimen oportuno en una urna.