Se queda sin monjas.
Para los cofrades, el convento de las Vistillas es sinónimo de la procesión de Nuestra Señora de los Ángeles e, incluso, hace unas décadas a punto estuvo de convertirse en la sede de la hermandad ‘silente’ del Realejo, ya que entre sus paredes estaba fraguándose una cofradía. También, en cierta medida el convento está vinculado a la cofradía de Los Favores, ya que en 1944 aquí encuentran los hermanos de San Cecilio a la Virgen de la Misericordia. La imagen utilizada fue adquirida en el convento de las Vistillas, y durante mucho tiempo se tuvo como de Mora hasta que en 1992, durante una restauración a la que fue sometida por Bonilla Cornejo, se descubrió que en realidad era de Francisco Morales, un autor granadino que la talló en 1896.
Pero, más allá de esto, el convento ha sido el escenario de centenares de historias a lo largo de los siglos, desde que fuera fundado en el año 1540. Ahora no vive sus mejores horas, e incluso su interior ha quedado vacío. El fallecimiento, hace tan solo unas semanas, de la abadesa del convento ha hecho que las otras tres monjas clarisas que vivían en el convento hayan sido trasladadas e a otros conventos de Granada y Jaén, según están dando a conocer vecinos del barrio. Ahora mismo no se celebran ya misas en su iglesia y la propia presidenta de la asociación de vecinos del barrio, Piedad Cardenete, ha lamentado esta situación que se acaba de producir en el convento, todo un emblema del Realejo.
Y, ¿ahora qué? Es la pregunta que se están haciendo los vecinos del realejo sobre el futuro del convento. Parece difícil que pueda volver a acoger a una comunidad de religiosas y, tal vez, su conversión en establecimiento de hostelería pueda ser una salida que al menos permita la buena conservación del edificio. Desde el Arzobispado de Granada se indica que el cierre actual del convento es solo algo temporal, ya que volverá a tener su uso habitual para acoger a nuevas monjas. El problema está en la falta de vocaciones, aunque desde el Arzobispado se confía que esto cambie y se descarta cualquier otro uso para el edificio, como el de ese posible alojamiento hotelero o turístico tras su venta.
El Convento de los Ángeles -de nombre completo Nuestra Señora de los Ángeles-, fue fundado en el año 1538 por el Comendador de la Orden de Santiago, Don Rodrigo Ponce de Ocampo, y su devota esposa Leonor de Cáceres, dos personajes que se sentían muy ligados afectivamente al Realejo. Sus monjas, Terciarias franciscanas en un principio, se convirtieron en Clarisas más tarde tras una bula de Pío V (1570). El siglo XIX traería, como es habitual, numerosas turbulencias y molestos desórdenes a este convento, exclaustrado primero durante la invasión de Napoleón para ser convertido en arsenal francés en 1810, y luego, entre 1835 y 1837, nuevamente exclaustrado dentro del contexto de las desamortizaciones de bienes eclesiásticos del ministro liberal Mendizabal. Sólo en fecha tan tardía como el año 1893 las hermanas clarisas pudieron regresar al lugar y rehabilitarlo. Finalmente, tras vivir un repentino auge de vocaciones en torno a la década de 1940, la segunda parte del siglo XX supuso el comienzo de un declive que ahora parece tocar fondo.
Lo que no pudo ni Napoleón ni Mendizabal parece que ahora podría conseguirlo la falta de vocaciones, que las Vistillas echen la llave para siempre.