En espera de la procesión de Pentecostés.
Con el ya tradicional traje y manto de las Hermandades, más conocido como de los Apóstoles, la Virgen del Rocío ha amanecido entronizada en su paso, que como ya avanzó la Hermandad Matriz de Almonte ha sufrido cambios de cara a la próxima romería con la intención de mejorar el transcurrir de la procesión del Lunes de Pentecostés.
La modificación consiste en la ampliación de su base, con el consiguiente incremento de un banzo en las partes delantera y trasera, que según la Matriz propiciará una bajada en el punto de equilibrio de la imagen, y permitirá que un mayor número de almonteños pueda trabajar bajo sus andas durante la madrugada del 21 de mayo. También, con motivo de la reforma, la mesa del paso ha sido cubierta con madera noble tallada.
Desde primera hora de la mañana se sucedían los comentarios de muchos almonteños en redes sociales que advertían de una noticia que se ha podido confirmar tras la apertura de las puertas del Santuario Nacional de la Virgen del Rocío. En un ritual que se repite año a año y que supone sin duda uno de los hitos que anuncia la llegada de la mayor de las romerías del orbe católico, las camaristas de la Blanca Paloma se han afanado durante la pasada madrugada para que la imagen luzca en todo su esplendor, cargada de un simbolismo que pregona las importantes efemérides que el mundo rociero se dispone a celebrar durante los próximos años.
Las flores que acompañan al vestido han sido realizadas por José Manuel Vega, son hibiscus rosa sinensis, más conocidas como rosas de China, en blanco y amarillo, colores del Vaticano, en una clara alusión al XXV Aniversario de la visita de San Juan Pablo II a la aldea. La imagen, además, lleva también el rostrillo del que fuera canónigo de la Catedral de Sevilla, el hinojero Muñoz y Pabón, figura fundamental para la consecución de su Coronación Canónica, de la que el 8 de junio de 2019 se cumplirán cien años y que dará lugar a una procesión extraordinaria que se celebrará el 8 de septiembre de este 2018, así como a una extensa programación de actos.
Como novedad, el Pastorcito luce un nuevo cetro que está confeccionado en madera de palo de serpiente y en oro, rematado en la parte alta con una antorcha, símbolo de Cristo como luz del mundo y en la parte baja con un rubí como distintivo de realeza. La joya ha sido donada por un grupo de almonteños.