Gran afluencia de devotos a la aldea.
Miles de personas han acompañado a la Blanca Paloma en la procesión extraordinaria en conmemoración del centenario de la Coronación Canónica de la Virgen del Rocío. Si los almonteños no esperaron a la media noche para saltar la reja, el recorrido por la aldea ha culminado alrededor de las ocho de la mañana, sin que, técnicamente, ni un solo rayo de luz solar haya tocado ni a la Blanca Paloma ni las bambalinas elaboradas por Fernando Calderón, que, por otro lado, han sido uno de los elementos que mayor admiración han despertado entre los miles de devotos que han acompañado durante toda la noche a la Patrona de Almonte.
Han sido casi ocho horas de procesión por las calles, entre miles de personas que no han querido perderse un momento histórico como este. La presencia de fieles ha superado las expectativas y los cálculos previstos, viviéndose momentos emotivos como el paso de la Virgen por delante de las casas de hermandad de distintas corporaciones o el encuentro con los jóvenes tamborileros ante el monumento a la Blanca Paloma en el Real, donde le han tocado la Salve Rociera. Con antelación, se le rezaba una Salve solemne en la puerta de la casa de la camarista, sin faltar los fuegos artificiales.
La Blanca Paloma aguarda ya Lunes de Pentecostés de 2019.
Fotografía: Manuel J. Rodríguez Rechi.