Todo sobre la Esperanza

Será coronada este sábado 13 de octubre.

Llega el momento esperado, el de la Coronacón Canónica de Nuestra Señora de la Esperanza. La dolorosa ya está en su palio esperando ser trasladada a la Catedral, lo que ocurrirá la mañana de este viernes. El sábado llegará el día anhelado.

Con motivo de este gran acontecimiento, queremos reproducir un fantástico artículo del historiador cofrade Antonio Padial sobre la hermandad de la Esperanza, extraído de su propio blog ‘Hermandades de Penitencia de Granada Actuales»:

ANTECENDENTES

La advocación de Virgen de la Esperanza en Granada con titularidad de hermandad es muy antigua. Casi nos tenemos que remontar a los años posteriores a la reconquista de la ciudad para que aparezca la imagen y advocación de Esperanza, refiriéndose a una Virgen sedente con el Niño, realizada en alabastro, que había sido encontrada de forma milagrosa en Sierra Nevada.

Entre lo histórico y la leyenda surge esta devoción, que se desarrolla en el Convento de Santa Cruz la Real, con capilla en su iglesia de Santo Domingo. A esta iglesia fue donada o depositada la imagen en 1558, formándose una hermandad gremial de torcedores de seda, para darle culto, a finales del Siglo XVI o principios de XVII. Allí, se le labró una capilla a los pies del templo, que aún persiste, aunque la imagen por motivos de seguridad se llevó, no hace muchos años, a la sacristía. En el Cobertizo de Santo Domingo, aún subsiste la Casa de los Torcedores de la seda.

Más tarde, surgieron otras dos hermandades: una en el Convento de Mercedarios Descalzos, junto a la iglesia de San Ildefonso, con el título de Ntra. Sra. de la Esperanza y Santo Celo de la Salvación de las Almas.

Otra tercera hermandad de Ntra. Sra. de la Esperanza surge en el Beaterio de Santa María Egipciaca, de Arrecogidas, en la calle de su nombre (Recogidas), que realizaba una vía sacra, y que perduró dicha hermandad hasta los años treinta del pasado siglo.
Esperanza es la advocación de la Virgen que se asocia al Adviento o espera de la Natividad de su hijo Jesucristo, es decir, en el periodo en el que la Virgen estaba embarazada. También, hubo devociones o advocaciones similares como la de Nuestra Señora del Buen Parto, de la Expectación o de la O. De estas últimas nos encontramos la imagen de Nuestra Señora del Parto en la primera capilla de la izquierda de la iglesia de la Magdalena o como titular de la Parroquia del Sagrario, dedicada por los Reyes Católicos a Nuestra Señora de la O. Por último, aparece una cuarta hermandad, ésta de penitencia, en 1927, cuando aún perduraba la anterior de las Arrecogías, es decir, la hermandad de la que vamos a tratar.

Como hemos dicho, ninguna de las hermandades de penitencia antiguas de Andalucía surgió con esta advocación de Esperanza; todas eran hermandades de gloria que se unieron o se agregaron a una hermandad pasionista. Así, unas de las cofradías de penitencia más significativas en Andalucía: la Hermandad de la Sentencia y Ntra. Sra. de la Esperanza (Macarena) o la de Jesús de las Tres Caídas y Nuestra Señora de la Esperanza de Triana, eran hermandades de gloria de Ntra. Sra. de la Esperanza que se unen a las de penitencia de la Sentencia o a las Tres Caídas. Serán, en estos casos, encargadas unas Dolorosas o, posiblemente, transformadas en Dolorosas las primitivas imágenes de gloria.

Fundación de la Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza y su imagen

En el caso de Granada, la fundación de la Hermandad de Penitencia de Nuestra Señora de la Esperanza, de no tan antiguas raíces como las homónimas sevillanas, se realiza para dar culto y procesionar a una Dolorosa; sí, por el contrario, de muy antigua devoción. Se adopta como titular a la portentosa imagen del escultor granadino, José Risueño Alconchel, conocida desde su creación artística como Nuestra Señora de las Tres Necesidades, titular de la antigua Hermandad del Santo Entierro o Santo Sepulcro de Nuestro Señor Jesucristo.

La Hermandad del Santo Entierro, fundada en 1616, y fusionada con la de Nuestra Señora de la Tres Necesidades (más antigua que la primera), tuvo como titulares, tras diversas vicisitudes, a dos Dolorosas antes de que en 1718 se realizara esta imagen que hoy conocemos como Nuestra Señora de la Esperanza.

Estas dos Dolorosa anteriores a la que realizara José Risueño, la primera de ellas, pudiera ser la que hoy se venera en la iglesia de Santiago o del Servicio Doméstico, donde se fundó la Hermandad del Santo Entierro. Fue restaurada en 1984 de forma no muy acertada, incluso se le añadieron unas manos abiertas, privándole de las suyas entrelazadas, que en la actualidad ha recuperado, afortunadamente.

La segunda Dolorosa que tuvo la hermandad, cuando hacia 1640 se trasladó a la iglesia de San Gil, fue una imagen al parecer de pasta, que estaba muy deteriorada en 1718. Por esta circunstancia Risueño, que fue mayordomo de la cofradía, realizó ese año la tercera Dolorosa de las Tres Necesidades (Ntra. Sra. de la Esperanza) a la que se le hizo un manto nuevo y se procesionó por vez primera en 1720 (2).

De la antigua imagen se decía «(…) la santísima Ymagen de nuestra señora que tiene dicha hermandad, respecto de su mucha antigüedad y ser la caveza y manos de pasta, está mui deteriorada y desconchado el barnís, de forma que no se puede descubrir para vestirla por estar yndezente (…) está atravesado el cuerpo con una vara de yerro gruesa para que pueda mantener el mucho peso del manto, por lo qual se teme alguna desgrazia con el dicho peso o movimiento de las Andas cuando se lleva en procezión. Por cuias razones y para maior dezenzia de (h)a hecho otra nueva Ymagen con la caveza y manos de madera (…) aún más propia para el fin que tiene por el título de las tres nezesidades y más dolorida y apropiada que la Santísima Ymagen antigua».

La imagen de Risueño fue procesionada el Viernes Santo de cada año; aunque, a partir de 1771, lo hará alternativamente con la Soledad de Santa Paula, debido a una concordia celebrada entre ambas hermandades.

Tras diversos años de convulsiones políticas y sociales, en los que no todos los años salían las procesiones, el Viernes Santo de 1844, será el último, según los datos que poseo, de la salida de la Hermandad de las Tres Necesidades, año en el que, supuestamente, saldría por última vez, también, la imagen de la hoy Esperanza. Puede que lo hiciera algún año posterior, pero carezco de datos para afirmarlo.

La imagen quedaría en la iglesia de San Gil, hasta que en 1868-1869 se derriba esta iglesia por la Revolución y la hermandad e imágenes pasan a la cercana iglesia de Santa Ana, donde se había enterrado, en 1732, el cuerpo de José Risueño, el autor de la Virgen. No se imaginaría el escultor, que 137 años después de su muerte, yacerían sus restos cerca de esta tierna y extraordinaria Dolorosa que él concibió y sus manos modelaron.

Allí, trasladaron el retablo que la hermandad poseía en San Gil, adaptándolo a la capilla en que, aún hoy, permanece la Hermandad del Santo Entierro. Dicho retablo tiene una hornacina en su parte superior, donde se veneraba a la Virgen (hoy Esperanza), y que cuando se fundó su hermandad de penitencia actual se colocó en dicha hornacina la imagen del Señor de los Dolores, convertido en un Resucitado por esos años.

El retablo se tuvo que recortar en los dos cuerpos que tenía a los lados, donde estaban las imágenes de un Resucitado y San Juan en sendas repisas, imágenes propiedad de la Hermandad del Santo Entierro, y que se donaron a Dª. Mercedes Afán de Ribera en 1869, desconociéndose hoy su paradero.

La Hermandad del Santo Entierro poseía un cuadro de Ntra. Sra. de las Tres Necesidades, realizado por el pintor Felipe Gómez de Valencia, que procedente de San Gil estuvo en la iglesia de Santa Ana hasta 1890, al menos, y que sería interesantísimo poderlo contemplar, si es que hoy, aún estuviera en la iglesia, como documento pictórico de la presencia de la segunda Dolorosa de las Tres Necesidades (3).

Olvidadas y desaparecidas la cofradías que nacieron entre los Siglos XVI y XVIII, y tras la desaparición de la procesión del Santo Entierro Antológico (1909-1924), se empiezan a fundar nuestras hermandades actuales. Más de cincuenta años estuvo olvidada la imagen de Nuestra Señora de las Tres Necesidades (Esperanza), hasta la fundación de su actual hermandad en 1927, que le impuso el título de Esperanza. Sería durante los meses de marzo y abril de 1927, cuando se celebraron unas reuniones previas de jóvenes empleados de los Bancos Hispano-Americano y Español de Crédito, para fundar la cofradía de penitencia de Nuestra Señora de la Esperanza. Fueron unos años de fundaciones de las primeras cofradías que conformarán la Semana Santa que hoy conocemos.

Estas reuniones culminaron en la de 27 de abril de 1927, celebrada en la sede de la Real Sociedad Económica de Amigos del País con el carácter de asamblea general para nombrar una Comisión Organizadora. A esta reunión acudieron ya representantes de diversos bancos y el presidente del Colegio de Corredores de Comercio, Julio Martínez y Martínez. La Comisión sería presidida por Miguel Gómez Sánchez, con un secretario, que fue Francisco Gálvez Rosende, y cuatro vocales representado a diversos bancos: Arturo García Torres, Antonio Valverde Gil, Miguel Pizarro Zambrano y Manuel León.

Se estudió el proyecto de Reglas por las que se regiría la nueva hermandad, y una vez aprobadas por las autoridades competentes (civil y eclesiástica), se nombraría la primera junta de gobierno. Las Reglas de la fundación se aprobaron por el prelado de la diócesis, Cardenal D. Vicente Casanova y Marzol.

Tenían la intención de establecerse en la iglesia de Santo Domingo, entonces ya parroquia de Santa Escolástica, pero, seguramente, el hecho de haberse fundado allí la Cofradía de la Humildad y estando fundándose la de la Santa Cena, probablemente el párroco o la propia Comisión, decidieran no hacerlo en la misma iglesia.

Eligieron aquellos fundadores como titular a una de las más bellas Dolorosas antiguas de la imaginería granadina: Nuestra Señora de las Tres Necesidades del escultor José Risueño, para darle la nueva advocación de Nuestra Señora de la Esperanza.  Fue, pues, en la iglesia de Santa Ana donde encontraron la Dolorosa, que allí estaba desde 1869, y el párroco D. Daniel Fernández acogió a la hermandad con el beneplácito del cardenal-arzobispo D. Vicente Casanova y Marzol, que aprobó sus Reglas el día 10 de octubre de ese año y el día 2 de noviembre son aprobadas por el Gobernador Civil.

Una de las primeras decisiones que toma la nueva hermandad fue suprimir las manos originales de la Virgen, de dedos entrelazados, según el estilo de la época de su realización, por unas nuevas abiertas que se encargaron al entonces joven escultor granadino Antonio Martínez Olalla (1907-1984), conservando aún la hermandad las que realizara Risueño. Según datos de la ésta, estas nuevas manos las entregó el escultor a la cofradía el día 1 de marzo de 1928, por las que cobró la suma de 300.-Ptas.  La primera junta de gobierno sería presidida por Néstor Gutiérrez de la Gándara, director de banco, siendo vice-hermano mayor, Alfonso Santa Cruz de la Casa; de secretario, Francisco Gálvez Rosende; de tesorero, Antonio Valverde Arenas; siendo el resto de componentes: Ramón Mir Fernández, Manuel Laredo Torre, Alejandro Rodríguez de Valcárcel, Luis García Goyena, Arturo García Torres, Miguel Pizarro Zambrano, Manuel León Garrido y D. Manuel Vigaray Martínez de Castilla.

La hermandad, la empezaron a conocer los granadinos como la Cofradía de los Banqueros, y en poco tiempo, había logrado que más de 300 hermanos se inscribieran en ella, casi todos pertenecientes al gremio de la banca, entre ellos, Nicolás Crespo García, que durante todo el resto de su vida perteneció a la hermandad.

No estarían exentos de dificultades aquellos primeros años de la cofradía, que eran años, también, de crisis económica y política. Ello unido a la amalgama de bancos, cuyo personal formaban parte en la junta directiva. Pero la hermandad seguía adelante para realizar su primera salida procesional lo más pronto que pudiera.

El título de Real Hermandad

Todas aquellas cofradías que en esos años se habían fundado, tenían la preocupación de buscar mecenas y personalidades que las apoyaran social y económicamente. La de Nuestra Señora de la Esperanza lo buscó en la persona del general gallego, José Millán-Astray, fundador de La Legión y héroe de la Guerra de Marruecos. Era un personaje cercano a la Familia Real, y la cofradía le nombró Hermano Mayor de Honor el 16 de abril de 1928. Con respecto a la Casa Real, también la nueva cofradía había tratado de darle título honorífico a la Infanta Beatriz, hija de Alfonso XIII, pero no se aceptó por dicha Casa, debido a su juventud. No decayeron por ello los intentos de los directivos y se ofreció el título de Camarera Mayor, por mediación de Millán-Astray, a la reina, Dª. Victoria Eugenia de Battenberg, que en esta ocasión fue aceptado en junio de 1928.

Poco después, en julio de ese año, se intenta, por la misma mediación de Millán Astray, con el Rey Alfonso XIII, enviando éste su aceptación con fecha 26 de ese mes, ostentando la hermandad el título de Real desde ese momento.

 

La primera salida procesional. 1930

La hermandad encarga, en 1928 y 1929, una serie de enseres y elementos para su primera salida procesional. Entre ellos, el manto de la Virgen, realizado por la Casa Garín de Valencia (también tenía sede en Madrid), así como, los estandartes o gallardetes. La Casa Garín, también, le hizo a la Virgen un manto de capilla de terciopelo verde con borde de puntilla de oro y forro de satén.

Todas estas prendas estaban realizadas en el mes de marzo de 1929, pues se exponen al público en los Almacenes «La Paz», como era costumbre en las cofradías, el día 24 de ese mes, que era Domingo de Ramos. Ese día estaban expuestos el manto y saya de la Virgen, el guión, los hábitos nazarenos, el estandarte…etc.

Se confeccionaron por Garín 125 hábitos de damasco verde con puños de encaje y 125 magníficos escapularios de terciopelo verde bordado en hilo de oro, plata y pedrería, que costaron 75 pesetas cada uno, y los capillos blancos; capas blancas con capilla verde en los cargos. Todo este conjunto que costó la importante suma de 34.419.-Ptas. (9) Desgraciadamente, no quedan muchos de aquellos hábitos, habiéndose perdido la inmensa mayoría.

Navas Parejo, asimismo, le realizó a la Virgen un medallón de plata labrada con la efigie de la misma, que centrará un estandarte, o lo que hoy llamamos «Simpecado». Se pidieron ayudas y donativos a distintas personalidades, como al director del Centro Artístico, al Obispo Auxiliar de la Diócesis, al director del periódico “El Noticiero Granadino”, al Gobernador Civil, Presidente de la Audiencia Territorial…etc. En compensación la hermandad los nombró hermanos honorarios.

También, la junta de Gobierno organizó un festival taurino, para celebrarse el 17 de febrero, pero suspendido por causa de la lluvia, se aplazó para el día 25, que también llovió. El cartel lo formaban, Manuel Jiménez “Chicuelo”, Mariano Rodríguez y se intentó, a través de Millán Astray, traer a Belmonte, sin lograrlo. La corrida, al final, fue de novillos para que costase menos, pero después de un amplio despliegue de publicidad no fue un éxito de entrada. El dia lluvioso hizo que la afluencia fuera mínima, de forma que causó a la cofradía unas pérdidas de 3.000.-ptas, cantidad importante para la época.

No se quiso salir ese año de 1929, por entender que aún la hermandad no estaba en condiciones de salir dignamente a la calle, aunque sí se celebraron cultos a la Virgen en aquella Cuaresma. También, se dio la circunstancia de que había firmado la hermandad el 29 de noviembre de 1928 el contrato con Luis de Vicente Mercado para realizar el paso o trono y este escultor y tallista falleció unos meses después, en 1929, motivo que quizá también influyó en no salir ese año. Pero sí consideró la hermandad estar preparada para la Semana Santa de 1930, para cuya salida procesional había estado celebrando, en 1929, diversos eventos, a fin de obtener recursos económicos.

Nueva junta de gobierno tenía ese año  la cofradía, siendo el hermano mayor, José Martínez-Cañavate Martínez, director del Banco Español de Crédito, y mayordomo Mayor, José María Domínguez Nieto; vice-hermano mayor, Manuel Vigaray Martínez de Castilla, apoderado del Banco Hispano Americano; secretario, Ramón Mir Fernández; vice-secretario, José Villarejo Guerrero; tesorero, Nicolás del Valle Morales; contador, Antonio Ruiz González, y director espiritual, el párroco de Santa Ana, D. Pedro Ruiz de Valdivia, y el beneficiado de la Catedral, D. Daniel Fernández Albuera.

Se estaba realizando el paso donde llevar a la Virgen, por los artífices José Manuel Calero y Juan López, discípulos del famoso tallista-escultor, Luis de Vicente, fallecido unos meses antes, y que era artista muy reputado por su maestría y el hecho de haber realizado diversos pasos para la Semana Santa malagueña, de Murcia y de Cartagena.  Estos artífices, discípulos de De Vicente, lo realizaron en estilo neobarroco, por el precio considerable en aquella época de 30.000.- Ptas. Salió inconcluso ese año de 1930, por no haberle dado tiempo a los autores a finalizarlo. La hermandad tuvo que utilizar una carroza sobre la que colocar el paso, prestada por la Hermandad del Santo Sepulcro, con la que comparte sede.

Ese primer año de salida, el General Millán-Astray acudió a Granada para participa en esta primera estación de penitencia, y lo hizo en representación de la Reina Victoria Eugenia, camarera mayor honoraria. El escrito de representación real había sido enviado unos días antes a la junta directiva por el Marqués de Bendaña, Mayordomo Mayor del Rey Alfonso XIII. El Jueves de Pasión se reunió la junta en el Círculo Comercial para debatir los asuntos relativos a la organización de la procesión y el protocolo de recibimiento del General Millán- Astray. Gran expectación produjo en la ciudad esta primera salida procesional de Nuestra Señora de la Esperanza. El paso de la Virgen fue armado en el atrio del edificio de la antigua Real Chancillería, entonces Audiencia Provincial, y hoy Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Allí fue trasladada la imagen de la Virgen de la Esperanza, para ser vestida y colocada en su paso, quedando a la contemplación de miles de granadinos que acudieron a admirar a la Virgen. Eran las 21:00 horas del Lunes Santo, día 14 de abril, y la Virgen llevaba, probablemente con ruedas, una parihuela con faldón, quizás de color verde; un calvario de diversas flores blancas y hojas de plantas; delante de la Virgen un bosque de velas con dos ángeles portadores de faroles a los lados. La Virgen con manto verde bordado con elementos vegetales y saya de tisú de plata, los que realizara la casa valenciana de Garín y una diadema con ráfagas, rematada con estrellas. Dicho manto es el que aún lleva la Virgen, aunque modificado en 2004 por Sebastián Merchante.

El paso fue llevado desde la Audiencia al compás de la iglesia de Santa Ana, donde comenzó la procesión, en la que figuraba, delante de la imagen, el General Millán- Astray, con uniforme de la Legión, en representación de la Reina, y el Alcalde de Granada, Sr. Ramírez Antrás. Abría la procesión la Guardia Civil montada a caballo y una banda militar de cornetas y tambores del Regimiento 2º Ligero. Tres estandartes, realizados por la Casa Garín con el anagrama de María y dos filas con 110 nazarenos. El estandarte y dos filas de señoras vistiendo mantilla, flanqueado al paso de la Virgen, que iba con escolta de la Guardia Civil. Detrás de ella, el párroco D. Daniel Fernández Albuera, revestido de capa pluvial, y los dos coadjutores, D. Florencio Serrano y D. Gutiérrez Arenas. También participó el arzobispo auxiliar de Granada, D. Lino Rodrigo, el párroco Sr. Ruiz de Valdivia, y otras autoridades municipales y militares. El itinerario que llevó la procesión ese primer año fue el siguiente: Plaza Nueva, Reyes Católicos, Gran Vía, Cárcel Baja, Capuchinas, Plaza de la Trinidad, Mesones, Puerta Real, Reyes Católicos, Príncipe, Bibrambla, dándole la vuelta (para que la contemplara el arzobispo desde el Palacio Episcopal), Príncipe, Reyes Católicos y Plaza Nueva.

Al año siguiente (1931), los Reyes enviaron al Infante, D. Jaime de Borbón y Battemberg, como representación real en la procesión de ese año. El Infante no sólo vino a Granada para presidir la procesión de esta hermandad, también la de la Santa Cena; pues el año anterior esta hermandad había adquirido el título de Real. Por ello, el Príncipe llegó a Granada el Domingo de Ramos y estuvo hasta el Miércoles Santo, visitando la Catedral, San Jerónimo, las Angustias, la Alhambra…etc. y se le obsequió con un té con orquesta en el Carmen de los Mártires, ofrecido por la Cofradía de la Santa Cena.

El lunes por la mañana visitó el mirador de San Nicolás, y por la tarde, asistió a las 7:30 a la procesión de Nuestra Señora de la Esperanza, junto con Millán Astray, que había llegado esa mañana con su esposa, hospedandose en el Hotel Washington Irving. La procesión volvió a salir ese año el Lunes Santo, día 30 de marzo. Esta segunda estación de penitencia la realizó desde la Catedral; la amplitud del templo permitía que se desarrollaran con el esplendor requerido los actos en los que el Infante y Millán- Astray iban a participar previamente.

El Infante se colocó en un sitial en el lado del Evangelio y el General, previamente, pronunció un sentido discurso y procedió a imponerle a Su Alteza la medalla de la cofradía. Acto seguido, Millán-Astray se quitó del pecho su insignia de la Gran Cruz al Mérito Militar, entregándosela al Infante, que ascendió por una escalerilla portátil al trono de la Virgen de la Esperanza y se la prendió en el manto. Inmediatamente, salió la procesión, que presidió el Infante, y tras de él, Millán Astray y las autoridades civiles de Granada, concejales y militares de todos los cuerpos de la guarnición granadina, así como el Marqués de Casa Saltillo y el Conde de Calatrava.

La Virgen de la Esperanza, como el año anterior, iba elevada sobre una peana de las llamadas de carrete, seguramente realizada por el escultor y tallista Calero, que ese año había finalizado el paso de la Virgen.

La crisis de los años treinta

Unos días después de la Semana Santa de 1931 se declaró la II República, comenzado una etapa difícil para España y para las cofradías, que culminaría en una terrible guerra fratricida.

No salieron las hermandades a realizar su estación de penitencia los años 1932,1933 y 1934, por temor a la inseguridad y a que se provocaran conflictos o desordenes en las calles, sumergiéndose las cofradías al interior de los templos y a escasos cultos. El Viernes Santo de estos años se realizó un vía crucis en el interior de la Catedral, con asistencia multitudinaria, en el que participaron  las hermandades, entre ellas, ésta de la Esperanza.En el Vía Crucis de 1932, en el que se procesionó por las naves de la Catedral al Cristo de la Sacristía de este templo, atribuido tradicionalmente a Martínez Montañés y actualmente a los Hermanos García. En 1933, fue el Cristo de la Misericordia de la Hermandad del Silencio, y el 1934, sería el Cristo de la Esperanza, de Pablo de Rojas, que se venera en la Sala de Beneficiados de la Catedral.Por estar en estos años las hermandades prácticamente reducidas a las catacumbas, muchas de ellas se hallaban sin juntas directivas y desorganizadas, no participando algunas del vía crucis de la Catedral de 1934, entre ellas, ésta de Ntra. Sra. de la Esperanza. Ese año la imagen del Cristo de la Esperanza, elegida para el vía crucis, se procesionó en el paso de la Virgen de las Angustias de Santa María de la Alhambra y se decidió que los cofrades llevaran sus hábitos.La Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza, realizó ese año de 1934 sus cultos cuaresmales en unión de la otra hermandad con sede en Santa Ana, la del Santo Sepulcro. Quizá la escasez de medios económicos, derivada de los pocos hermanos comprometidos motivara esta celebración conjunta.

En 1935, salieron las cofradías a realizar sus estaciones de penitencia, aunque no todas ellas; ni la del Cristo del Silencio, ni la de los Favores lo hicieron por estar en barrios conflictivos. Por el contrario, salió por vez primera la cofradía de los Escolapios, fundada ese año. Las circunstancias políticas y sociales habían variado algo, estando en el poder la coalición de partidos de la derecha.

La Hermandad de Ntra. Sra. de la Esperanza, que no había querido participar en la póstula, manifiesta a través de los directivos, Sres. Vigaray y Martínez Rioboó, que no saldría, a menos que se le diera participación de lo recaudado, cosa que impedía un acuerdo de Federación del mes de enero, sin embargo la Federación promete estudiar el asunto.

Finalmente, accede a la petición, haciéndola general para todas las cofradías, pero sin entregar el dinero hasta que, después de Semana Santa, justificaran con documentos los gastos realizados.  Con las dificultades de la mala calidad de la foto, se puede apreciar el paso de la Virgen, al que en 1931 se le habían añadido unos candelabros de cola de los de guardabrisas y el trono finalizado. Así salió, también, en 1935, año que lo hace por primera vez el Miércoles Santo. Pero en julio de 1936 estalló la Guerra Civil y muchas cofradías terminaron por desorganizarse. No salieron a hacer estación de penitencia por la situación luctuosa que atravesaba la nación. Muchos cofrades estaban en la guerra, donde fallecieron algunos de ellos en cada cofradía. No era posible organizar ninguna procesión, ni se permitía por la autoridad, dada la situación bélica.

Los Años Cuarenta

La Guerra Civil finalizó en abril de 1939, con la imposibilidad de celebrarse ninguna procesión; sólo la Virgen de las Angustias fue procesionada el Domingo de Resurrección desde la Catedral en acción de gracias, procesión en la que participó una representación de la hermandad de la Esperanza. Asimismo, asistieron los generales Millán-Astray, aunque la presenció en la calle, y el General Queipo de Llano, éste en representación del Jefe del Estado, asistiendo la Legión con su banda de música.  También, se celebró el acto de las tres de la tarde ante el Cristo de los Favores, con asistencia de la Soledad de Santo Domingo.

Esos años de final de la guerra, al menos en 1939, parece que el hermano mayor de la cofradía era Ramón Martínez Rioboó, pues en el acta de constitución de la nueva directiva de la Federación de Cofradías, en la que el presidente fue D. Santiago Valenzuela, aparece el señor Martínez Rioboó como secretario de dicho organismo cofrade, en representación de la Hermandad de la Esperanza. En esa época los miembros de la junta directiva de la Federación tenían que ser todos hermanos mayores. Sí saldrán las cofradías en la Semana Santa de 1940. La Virgen de la Esperanza lo hará este año en la noche del Martes Santo, desde la Catedral, y detrás de la Hermandad del Santo Vía Crucis, que también salió de este templo con el Señor de la Amargura, que ese año era el Nazareno de la Basílica de las Angustias. Ambas llevaron el mismo itinerario y se encerraron en la Catedral.

La prensa decía que la imagen de la Virgen vistió ese año una saya de tisú de plata, y en el itinerario procesional, llegó hasta Plaza Nueva, dándole la vuelta, para pasar por su sede canónica de San Gil y Santa Ana. De la Catedral bajó por Marqués de Gerona, Mesones, Puerta Real, Reyes Católicos, Plaza Nueva, volviendo por Reyes Católicos, Gran Vía, Zacatín, Bibrambla, Arco de las Cucharas, Mesones, Marqués de Gerona, Plaza de las Pasiegas, a la Catedral. Vino también ese año, según la prensa, Millán-Astray y la Banda de la Legión.

En la Semana Santa de 1941, se dispuso por el arzobispado que las cofradías debían de regresar a sus templos antes de las diez y media de la noche, a excepción de la Soledad, que por privilegio especial tendría su salida a la nueve y media de la noche. La de Ntra. Sra. de las Esperanza salió el Martes Santo a las 19 horas de la Catedral, detrás de la del Santo Vía Crucis, como ocurrió el año anterior. En estos años en el templo catedralicio se montaba y desmontaba el paso. Iba la Virgen sobre un trono cuajado de azucenas, e iluminada con cuatro faroles en forma de cruz y candelabros de guardabrisas en la trasera. Decía la prensa que su manto bordado de terciopelo verde causó admiración en las gentes.  Ese año participa en la procesión el Frente de Juventudes, que había elegido a la Virgen de la Esperanza como patrona; también lo hizo su banda de cornetas y tambores de Flechas.

Después de la guerra, las sesiones de la junta general se celebraban en los salones del Centro Artístico de la calle de Mesones, esquina a Puerta Real. Otras veces, como en 1943, se realizaban en el patio central del Banco de España, en la Gran Vía. Nuevo hermano mayor tendrá la cofradía en 1942 en la persona de Antonio Valverde Arenas, uno de los fundadores de la hermandad, que había sido tesorero de ella. También, otro directivo de la cofradía, D. Francisco Vacchiano, fue tesorero de la Federación en la primera mitad de los años cuarenta.

Ese año, la hermandad tuvo un conflicto con la Federación de Cofradías; el motivo fue la póstula única que ésta organizaba para recaudar fondos en la Cafetería Mayer. Se señaló el comienzo de la misma el Miércoles de Ceniza y se realizaría todos los lunes, miércoles y sábados con la participación de todas las cofradías.

La Cofradía de Ntra. Sra. de la Esperanza, comunicó a la Federación que la realizaría de forma independiente, desoyendo las directrices del organismo cofrade. Quizá este deseo de realizar la póstula por su cuenta estaría, tal vez, fundado en su estrecha relación con las entidades bancarias, de las que pretendiera obtener unas limosnas que no deseara compartir con el resto de las cofradías. Así lo hizo, mereciendo la censura de la Federación, aunque no se le impuso ninguna sanción por ello.  Aquella diadema grande, que se le había realizado a la Virgen, y que salió con ella en los años anteriores, se le suprimió para la salida procesional, volviendo a ponerla su antigua diadema, y despejando el cuello de la imagen para apreciar mejor su singular belleza. Así había salido ya en 1942 y con ella lo hizo en los siguientes años.

En la Semana Santa de 1943, la presidencia de la procesión la formaron el teniente de alcalde, Sr. León Arcas; el gobernador militar Sr. Lafuente Baleztena, en representación de Millán-Astray; gobernador civil, Sr. Pizarro Cenjor y gobernador del Banco de España, Sr. Ramón Artigas, con el director de dicho Banco, D. Antonio Valverde, hermano mayor de la Esperanza. Era famosa la cofradía por el gran número de camareras de mantilla que acompañaba a la Virgen. Al llegar a la Plaza del Carmen, ese año se le soltaron palomas por los muchachos del Frente de Juventudes. También ese año, se le había reformado el «trono» por el escultor Martín Simón y los cirios del mismo, realizados por al artista Manuel Párrizas, probablemente no eran de cera, pues se remataron con una flor artificial que contenía una bombillita de luz eléctrica. También los candelabros llevaban luz eléctrica, así como, los nazarenos cuyos cirios artificiales terminaban se remataron con la flor y la bombilla (13). Era un gusto imperante en la Semana Santa de Cartagena, que por esos años influenciaba a la granadina. En los años siguientes, se sustituyeron los cirios eléctricos por otros finos de cera natural.

Como en estos años después de la guerra civil salían juntas de la Catedral las hermandad del Vía Crucis y la de la Esperanza, se celebraba entre ambas la ceremonia del Encuentro en la calle de la Amargura. Este año se realizó en la cuarta estación, ante un altar que había levantado el Centro Artístico en la calle de los Mesones. Se colocaron frente a frente los pasos y se rezó la estación. En 1944, la Virgen llevaba el fajín de General de Millán-Astray, que le fue impuesto el día  4 de abril de dicho año, y que aún se conserva. Desde que se fundó la Hermandad de la Sentencia en 1944, cuatro eran las cofradías que salían el Martes Santo (Sentencia, Humildad, Vía Crucis y Esperanza). La de la Esperanza fue la última en salir en 1945, haciéndolo, como de costumbre, tras el Cristo de la Amargura del Vía Crucis.

Ese año la hermandad contaba con un nuevo hermano mayor, Manuel Morales Souvirón, perteneciente a la alta burguesía granadina y emparentado con ella, era Corredor de Comerció y fue suegro de la princesa Dª. Inés de Borbón y Borbón-Dos Sicilias, prima del Rey Juan Carlos. Con D. Manuel Morales, que estuvo de hermano mayor de 1945 a 1950, la hermandad empezó a salir de la apatía de estos años de la posguerra y a adoptar importantes proyectos.  Para la Semana Santo de 1946, la Cofradía había realizado un nuevo paso para la Virgen, que encargó al escultor Francisco López Burgos, en estilo neobarroco. Tenía de dimensión 4,5 metros de largo por 2,5 de ancho, aprovechándose del antiguo sólo el tablero o altarón; en el centro de los cuatro costados llevaba la cabeza de un querubín de talla policromada, y unas cartelas con los escudos de Granada y de la cofradía; para el frontal se labraron dos grandes querubines de cuerpo completo que sostenían una gran cartela barroca. El conjunto se completaba con cuatro grandes candelabros de guardabrisas de talla dorada en las esquinas del paso.

Ese año la cofradía saldría de su sede, la iglesia de Santa Ana, donde se había construido una rampa para salvar los escalones de entrada a la iglesia -más bien se iba a realizar desde la Audiencia por contar con un amplia puerta-. La hermanad había dejado la Catedral, donde tantos años había salido tras el paso de Jesús de la Amargura del Santo Vía Crucis.  La Virgen iba escoltada por cadetes del Frente de Juventudes. Formando la presidencia de la procesión las jerarquías provinciales del Movimiento con el subjefe Provincial, Sr. Estella Doval; el Gobernador Militar, General Ortiz Montero. Fue el último que salió de la Catedral tras la Hermandad  del Santo Vía Crucis. Ese año de 1946 era camarera mayor de la Virgen, Dª. Blanca Medina de Camacho.

El hermano mayor, Sr. Morales Souvirón había invitado ese año al General Millán- Astray, mayordomo mayor de honor, enviándole éste un telegrama en respuesta, en el que decía que asistiría de no impedírselo importantes compromisos, pero que su corazón estaría con la Virgen y la cofradía. Finalmente, parece que no asistió.

En esos momentos la hermandad contaba con más de 400 hermanos, aunque salían en la estación de penitencia poco más de cien, por no encontrar, según el hermano mayor, la tela de damasco verde con que estaban realzados los antiguos, ciñéndolos un cíngulo de hilo de oro, y, sobre el pecho, el escapulario bordado. Se completaba con un capillo de satén y capa blanca de lanilla para los cargos. Su coste se calculaba en más de 2.000.- Ptas. Cifra muy importante para la época.

Ya en 1946, se tenía el proyecto de sacar un paso de Cristo, pero no se había encontrado la imagen adecuada, posponiendo el proyecto para el siguiente año de 1947 en el que la hermandad iba a procesionar el Miércoles Santo, también desde la iglesia de Santa Ana ( en realidad desde la Audiencia), pero una insistente lluvia hizo que se suspendiera la estación de penitencia de ese año.

El Miércoles Santo será a partir de 1947 el día elegido para realizar la hermandad su estación de penitencia. En este día la continuará realizando hasta 1980, en que se traslada al Martes Santo.

La Cofradía con un paso de Cristo

La junta directiva llevaba algunos años pensando el proyecto de agregar una imagen de Cristo como Titular con la advocación de Gran Poder; tal era la fascinación y devoción que provocaba esta imagen sevillana del escultor Juan de Mesa, que muchas localidades no se han podido sustraer a ella, formándose numerosas hermandades en España con dicha advocación y Granada fue una de las primeras.

Probablemente, también se esperara a tener realizado el nuevo paso de la Virgen para emprender este nuevo proyecto de paso de Cristo del Gran Poder. Desde luego, no contaba con imagen propia y una comisión de la cofradía se encargo de buscar una prestada entre las diversas iglesias y conventos.

La imagen conseguida fue el extraordinario Nazareno del Convento de San Antón. Ese año de 1948 se dedican en la iglesia de Santa Ana los cultos del triduo y función de Cuaresma, que fueron los días 4 al 7 de marzo, a la advocación de Jesús del Gran Poder, junto a la Virgen de la Esperanza. Dicha imagen de Nazareno había salido con la Hermandad del Santo Vía Crucis en 1944, con el título de Jesús de la Amargura. Este Nazareno de San Antón de principios del Siglo XVIII, que las monjas tienen en su clausura, es muy semejante a la imagen de Jesús del Rescate, por lo que ambas han de ser del mismo autor, que en la actualidad creemos que se deben a Diego de Mora, aunque en aquella época se atribuían a su hermano José de Mora.

Creemos que la imagen se procesionó en el Siglo XVIII, como parte de las imágenes de la Hermandad de la Vía Sacra del Pretorio al Santo Sepulcro de los Rebites, donde recibía culto el Nazareno. Vía Sacra que andaba todos los miércoles del año la Orden Tercera de Franciscanos Descalzos de San Antón. Dichas imágenes eran el Cristo de la Humildad y Trabajos de la ermita del Pretorio, (aún existentes la imagen y la ermita); una Soledad, que puede ser la que se conserva en la clausura del convento, y el Nazareno. Ese año de 1948, el escultor Francisco López Burgos también realizó un trono de líneas rectas para el Nazareno; de 4 m. de largo por 2,50 m. de ancho, con cartelas talladas y cuarterones en calado con motivos vegetales en los cuatro costados, por donde salía una luz rojiza de las bombillas que tenía en su interior. En las esquinas tenía cuatro pequeñas hornacinas para albergar las imágenes de los cuatro Evangelistas y los remataban cuatro faroles en las esquinas culminando en corona real (15).

Acompañando al Nazareno de San Antón se creó una sección formada por ochenta cofrades con hábito color burdeos y capillo blanco. Este Nazareno volvió a salir con la cofradía al siguiente año de 1949 y en los sucesivos hasta 1953, al menos. En  los primeros años cincuenta en la cofradía se sucedieron tres hermanos mayores. El primero de ellas, Antonio Cabrera Soto, sustituyendo a Manuel Morales Souvirón, era subdirector de la entidad bancaria Banesto y sólo estuvo dos años de hermano mayor (1950-1952), sustituyéndole a su vez, Cesáreo Trueba de la Cantolla, que sólo estuvo un año, para ser sustituido a su vez, en 1953, por Manuel Montesinos Alcázar, que era director del Banco Rural y Mediterráneo. Éste último, sí estuvo un periodo de tiempo más dilatado ejerciendo el cargo.

Probablemente, se echaba en falta en esos años la labor del activo y socialmente reconocido, Sr. Morales Souvirón, pues la cofradía en esos tres primeros años de los cincuenta estuvo ciertamente estancada. Vuelve a tomar bríos, como veremos, con el nuevo hermano mayor, Sr. Montesinos Alcaraz, que estuvo en el cargo nueve años.  Sería durante el mandato del Sr. Morales Souvirón cuando la cofradía adquiere mayor desarrollo y esplendor de los años que transcurrieron después de la Guerra Civil.

Nuevo esplendor de la Hermandad

La hermandad cambiará de Nazareno en la Semana Santa de 1954. Ésta vez será el Nazareno del convento del Santo Ángel Custodio el que sacará la hermandad en su estación de penitencia, ese año y los siguientes.

Esta imagen, hoy titular de la Hermandad del Santo Cristo de San Agustín, a la que le ha asignado la advocación de Jesús de las Penas, es un Nazareno de finales del Siglo XVIII, posiblemente, según el profesor Juan Jesús López-Guadalupe, del escultor Felipe González Santisteban (padre de Manuel González), discípulo de Torcuato Ruiz del Peral.

La imagen llegó al convento del Santo Ángel Custodio en 1798, según descubrí en un documento de esta fecha, como donación, junto con su túnica, fechada en 1789, del arzobispo D. Juan Manuel Moscoso y Peralta, a este cenobio de franciscanas clarisas.  La imagen posee cierta tradición en nuestra Semana Santa, pues se había procesionado por la Hermandad del Santo Vía Crucis, el año anterior de 1953, según una fotografía de ese año, a partir de ese año fue esta Hermandad de la Esperanza, y, después, de 1980 a 1983, por la Hermandad de Jesús de la Pasión y María Santísima de la Estrella. La nueva imagen de Nazareno fue procesionado en el paso que realizara años antes Francisco López Burgos, llevando la túnica bordada, propia de este Nazareno, en cuya parte trasera lleva bordada la fecha de 1789. Después esas andas fueron a parar a la Hermandad de la Aurora para procesionar a Jesús del Perdón y se le permutaron por la cabeza del Nazareno de Roldán, procedente del Vía Crucis.

La Virgen de la Esperanza se le había realizado un tocado del tipo de los, entonces, llamados sevillano, que le despejaba el rostro y el cuello, resaltando con ello el valor y belleza de la talla. Un año de importante transformación en el paso de la Virgen fue 1955, en el que se optó por realizarle un paso de palio, que fue bordado por la profesora de este arte de la Escuela de Artes y Oficios de Granada Trinidad Morcillo Raya. Lo bordó en hilos de oro y de sedas, formando con este material verdaderos cuadros en los óvalos de las esquinas del palio, verdadera catequesis mariana de los momentos cumbres de la vida de la Virgen. Colgaban unas bambalinas de perfil ondulado y tres módulos en la delantera y trasera, finalizadas en pasamanería de hilo de oro de las de bellota y borlas en los varales. Centra el techo del palio un óvalo enmarcado en bordado barroco en hilo de oro, representando la Asunción de la Virgen a los cielos. También se le hizo a la Virgen de la Esperanza un nuevo trono, encargado por la nueva junta del Sr, Montesinos Alcázar al escultor y tallista Francisco López Burgos, que había realizado los anteriores tronos de la Esperanza y del Cristo. El paso antiguo de la Virgen parece, según me ha informado un bastetano, que se le entregó a la Cofradía del Silencio de Ntra. Sra. de los Dolores de Baza.

Este nuevo paso se completaba con unos candelabros de cola de madera tallada y dorada de forma arbórea en estilo barroco y de respiradero llevaba una randa estrecha de malla de oro. Los varales eran de forma salomónica, delgados y niquelados, rematándose el palio con crestería en talla de madera. La iluminación del paso no finalizaba con los candelabros y el bosque de cirios, que tradicionalmente se sitúa delante de la Virgen, el trono de talla calada iba iluminado interiormente por luz eléctrica matizada en verde, cuyo resplandor se escapaba por el calado de la talla, dándole al dorado de la misma una tonalidad especial.

También se le hizo peana del mismo estilo, conteniendo espejos, que según la prensa de la época, producían al contemplar la imagen en el paso que daba la sensación de flotar. El trabajo del paso, a pesar de su complejidad, lo había comenzado a labrar el escultor López Burgos en junio de 1954 por lo que en el corto periodo de sólo nueve meses lo tuvo finalizado. De esta forma, el paso de la Esperanza se convertía en 1955 en uno de los pasos de palio más completos de la Semana Santa de Granada, llevando bordados, tanto el manto (de la Casa Garín), como el palio. Un paso de estilo netamente granadino, estilo que ya se empezó a forjar en los años veinte y cuarenta del siglo pasado con aquellos escultores y tallistas, como Luis de Vicente, José Navas Parejo, Nicolás Prados López, Espinosa Cuadros y otros más, que florecieron en Granada aquellos años, que dieron una impronta propia y original a su arte neobarroco, siendo precursores, especialmente Luis de Vicente, de los grandes tronos de las cofradías de Málaga, para las que trabajó, junto con los de otras ciudades, como Cartagena y otras más de España.

Ambas piezas, trono y palio fueron bendecidas en la iglesia de Santa Ana en solemne Eucaristía por el Vicario de la diócesis, D. Paulino Cobo, el día 5 de abril de ese año por la tarde, que era Martes Santo. La Virgen se procesionó con estos nuevos estrenos al día siguiente, Miércoles Santo de 1955. A la ceremonia asistieron el Presidente y el Secretario de la Federación, Delegado de Hacienda, Sr. Godoy Fonseca y Tte. Alcalde de Granada, Sr. Martínez Cañavate, así como, directores de varias entidades bancarias.

Aquella década que transcurrió entre 1945 y 1955, quizás supuso alcanzar la cota de mayor esplendor de la cofradía. Dentro de las dificultades que  acarreaban y acarrean los conflictos de tipo personal y económico en el seno de nuestras cofradías, ésta de Nuestra Señora de la Esperanza, se la consideraba una hermandad rica, quizás por el gremio que la sustentaba, en la que hubo años en los que el personal bancario, no sólo de Granada, sino también, fuera de ella, contribuía a su desahogo económico, aunque fuera con óbolos de escasa entidad, pero importante por su número. La Semana Santa de 1956 se presentó lluviosa, suspendiéndose la salida de las cofradías de ese día, entre ellas, esta de la Esperanza. No obstante esta suspensión, se acordó que se realizara su estación de penitencia el Sábado Santo, pero también se presentó lluvioso y no pudo salir.

Ese año se anunciaba en la prensa que la hermandad celebraba sus cultos del triduo y función en la iglesia cercana de los Hospitalicos, comenzando los mismos el día 1 de marzo, con función el domingo día 4, que se ofreció por el alma de los familiares difuntos de la familia de banqueros de Rodríguez-Acosta. Predicó el padre agustino D. Teófilo Pérez. Al año siguiente de 1957, también se celebraron los cultos en los Hospitalicos y una conferencia sobre las entidades bancarias, cuyos empleados fundaron la hermandad. Ese año la cofradía salió con un retraso de 50 minutos por las dificultades que ofreció la salida del paso del Señor por la puerta de la iglesia de Santa Ana. El paso se había reformado y hubo que realizarle ciertos arreglos para que pudiera salir. El Nazareno del Santo Ángel iba con su túnica de 1789 y su cruz, que puede ser de carey con remates de plata. A partes de representaciones de la Banca y de las autoridades civiles y militares, las imágenes titulares fueron acompañadas por la música de la Cruz Roja y de la Organización Juvenil de la Falange.

En 1958 los cultos cuaresmales volvieron a la iglesia de Santa Ana, celebrándose la función principal el domingo día 16 de marzo dedicada a la Virgen, realizándose otra función al Nazareno el miércoles siguiente, día 19, en el convento del Santo Ángel Custodio, a donde pertenece la imagen, oficiada por el franciscano D. Abel Jesús Rodríguez. Al Nazareno se le había suprimido el canasto de talla, para facilitar la salida, y sólo se le dejaron los cuatro faroles de las esquinas, yendo la imagen elevada sobre un monte o calvario de clavel rojo, con lo que el paso había logrado una suma sencillez.

La hermandad había conseguido en esos años contar con más de 600 hermanos, entre cofrades y camareras, según declaraciones del hermano mayor al diario «Patria», la mayor parte aún pertenecientes al sector bancario.

Ya los proyectos de la hermandad en 1960 eran el realizar a la Virgen un trono de plata, y no de madera tallada, como el que tenía la imagen. Quizás el proceso sevillanizante que ya recorrían algunas de nuestras cofradías había llegado a la de Nuestra Señora de la Esperanza, pero este proyecto de nuevo paso se demoraría algunas décadas.

Ese año de 1960, la Virgen estrenó una toca bordada y los flecos de bellota en las bambalinas del palio. Por esos años, era albacea Nicolás Crespo, gran devoto de la Virgen, muy conocido en los ambientes cofradieros y persona que protagonizaba las relaciones externas de la hermandad.

 

Crisis en la Semana Santa

Al inicio de la década de los años sesenta del pasado siglo la Semana Santa de Granada no puede ocultar los signos de decadencia que ya se venían apreciando desde años anteriores. Las causas fueron muy diversas y no las vamos a repetir, porque ya han sido expuestas al tratar de otras hermandades a las que me he acercado a su historia.

Las procesiones de la Semana Santa de 1960 corrieron el peligro de no poderse celebrar por falta de medios económicos por parte de muchas cofradías. Gracias a que la Comisión Económica de la Federación consiguió un anticipo por parte de la Caja Rural, gestionado por el hermano mayor de la Hermandad de la Esperanza, Sr. Montesinos Alcázar, se pudo celebrar. En los siguientes años, esta entidad seguirá concediendo anticipos a la Federación. La hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza no se vio libre de ellas, aunque ya había alcanzado un esplendor notable en las dos décadas anteriores, especialmente con los mandatos de Morales Souvirón y Montijano Álvarez. Éste último finalizará su mandato en 1962, sucediéndole José Bex Cascales, que sólo estuvo un curso cofrade, el de 1963, en el que se nombró al banquero José Manuel Rodríguez-Acosta Carlström.

Aún seguirá en los primeros años sesenta procesionando al Nazareno del Santo Ángel, pero en 1963, concretamente el día 13 de marzo, la hermandad realiza una permuta de una parihuela por la cabeza de un Nazareno con la Cofradía de Jesús del Perdón y María Santísima de la Aurora.

Dicha cabeza de Nazareno procedía de la Hermandad del Santo Vía Crucis, a quien el escultor Roldán de la Plata se la había realizado en 1945. Esta hermandad le cedió dicha cabeza a la de la Aurora en 1954, y la recibió la Hermandad de la Esperanza en 1963 por dicha permuta. La hermandad encargó al escultor Martínez Olalla, para completar la imagen del Nazareno, la realización del resto del cuerpo al que colocar la cabeza de Roldán de la Plata adquirida y con dicha imagen, aquel mismo Miércoles Santo de 1963 realizó su estación de penitencia.

La hermandad salió ese día, pero al pasar por la tribuna oficial de la Plaza del Carmen un fuerte aguacero empezó a caer en esos momentos, desluciendo la procesión, que tuvo que acelerar su marcha entre la lluvia, hasta llegar a Plaza Nueva para encerrarse precipitadamente en su sede de Santa Ana. Fue la única cofradía que pudo salir aquel Miércoles Santo. El nuevo Jesús del Gran Poder portaba una cruz arbórea, que fue la primera que llevó un Nazareno en la Semana Santa de Granada, y la túnica del Nazareno del Santo Ángel, prestada por las monjas clarisas.

Las imágenes estuvieron escoltadas por la Policía Nacional, el Cristo, y por la Guardia Civil, la Virgen, dejando de salir las juventudes de Falange y su banda de cornetas y tambores, pues aquel año acompañó a Jesús la Banda de música de la Cruz Roja y a la Virgen de la Esperanza, la municipal de Churriana de la Vega, de gran tradición en la Semana Santa de Granada. Con esta imagen, como Jesús del Gran Poder, procesionará la hermandad hasta los años ochenta en que adquirirá una nueva.

Por parte de la prensa y de la Federación de Cofradías se repetían los datos y fotografías de años anteriores, como ocurre en este programa de Semana Santa de 1965 en el que aún se señala al Nazareno del Ángel Custodio como titular, cuando hacía dos años que se estaba procesionando el del escultor Roldán de la Plata. Por supuesto, la radio apenas se refería a las cofradías, como no fuese, horarios de cultos, programas de saetas o escuetas noticias de salidas e itinerarios. Nuevamente volvió a llover el Miércoles Santo de 1964, aunque, pese a ello, salieron a realizar su estación de penitencia las cuatro cofradías del día (Esperanza, Rosario, Penas y Consuelo). Todos estos años el paso de la Virgen se montaba y salía de la Audiencia Territorial y el de Cristo de la iglesia de Santa Ana.Aquellos años fueron de intensas lluvias e inundaciones, que produjeron en derrumbe de las cuevas del Sacromonte, de donde tuvieron que ser desalojadas más de 7.000 personas, dejando el barrio despoblado y alojándose dicha población en barracones en la Chana y en la Virgencica durante muchos años, hasta que se fueron construyendo viviendas sociales en el Polígono de Cartuja y en estos barrios.

El paso del Señor del Gran Poder iba en la Semana Santa de 1966 con el trono adornado con clavel rojo, como venía siendo habitual, pero ese año se puso una combinación con Flor de Pasión. Acudió una representación de ayuntamiento de Motril con su alcalde y la banda municipal de música de dicha localidad costera. En los años siguientes vuelve la Organización Juvenil de Falange a salir en la procesión, haciéndolo en 1969 con más de 300 jóvenes cadetes, así como con la banda de cornetas y tambores de esta organización en Motril, homenajeando, así, a la Patrona, la Virgen de la Esperanza, que hacía años ostentaba este título.

El paso de Jesús del Gran Poder adquirió  a finales de la década de los años sesenta una sencillez extraordinaria; sólo iba erguida la imagen de Roldán de la Plata-Martínez Olalla, sobre un calvario de clavel rojo y cuatro sencillos hachones en las esquinas. Probablemente, el paso antiguo se encontraba muy deteriorado y la hermandad no contaba con suficiente apoyo de las entidades financieras a las que pertenecían gran parte de los cofrades y su hermano mayor, el Sr. Rodríguez-Acosta. Éste parece que deja de serlo en 1970. De todas formas de ese año 1970 se conoce la junta de gobierno, fuertemente representada por personas del Banco de Granada:

Hermano mayor José Manuel Rodríguez-Acosta y Carsltöm (Consejero Banco de Granada); 1º vive-hermano mayor, Rafael López del Valls, director del Banco de Granada; 2º vice- hermano mayor, Ramón Legerén Varela (Banco Santander); secretario, Francisco Dorador García ( Banco Popular); vice-secretario, José Luis Nogueras López (Banco de Granada); contador, Manuel Jiménez Enríquez (Banco de Santander); tesorero, Miguel Dorador García (Banco Hispano-Americano); albacea, Nicolás Crespo García (Banco de España); vocales: Manuel  Dorado Aguayo (Banco Hispano); Juan Moreno Madrona (Banco Popular) y Miguel García Martos (Banco Popular).

Ese año, una pintura del paso de la Virgen de la Esperanza en plaza Nueva y a su salida de la iglesia de Santa Ana, será la protagonista del cartel oficial de la Semana de Granada de 1970. Había sido tradición en nuestra ciudad, que el cartel de la Semana Santa fuese realizado en pintura y no en fotografía. En 1963 fue el año en el que por última vez se encargó un cuadro al pintor Párrizas para anunciar nuestra Semana Mayor; los siguientes fueron fotografías éste de 1970 en el que se volvió a la pintura, encargándolo al pintor y cofrade inglés, afincado en Granada, Allan Dorian Clark.

Hay un periodo de nueve años, de 1970 a 1979, durante el que no sabemos a ciencia cierta qué hermano o hermanos mayores ostentaron este cargo, aunque parece que sería el Sr. Rodríguez-Acosta, del Banco de Granada, quien ostentó el cargo esos años, habiendo sido quizás el de más larga duración (1963-1979). Fueron años en los que la crisis de las cofradías llegó a su máxima cota; en algunas de ellas, prácticamente, un grupo de hermanos las mantenía con vida y celebraba sus cultos.

En ésta, de Nuestra Señora de la Esperanza, tengo noticias de que Carlos Fernández Navas, directivo del Banco de Granada (antigua Banca Rodríguez-Acosta), parece que fue el hermano mayor en este periodo o en algunos de sus años -probablemente designado por el Sr. Rodríguez-Acosta- en estos años difíciles para la hermandad. De todas formas, sería Nicolás Crespo en parte de ese largo periodo, quien ejercería las funciones de hermano mayor de hecho.

En estos años sesenta y principios de los setenta, la hermandad dejará de dirigirse en el itinerario de su estación de penitencia a la Gran Vía y Calle de la Cárcel, Trinidad y Mesones, para entrar en el itinerario oficial por las calles de Elvira, Cárcel, Gran Vía, Sancti Espíritu, Descalzas y San Matías, recorrido que seguirá durante bastantes años. El de regreso es el que cambió en varias ocasiones, pues en estos años sesenta, después de pasar por la tribuna seguía por la calle de Reyes Católicos, hasta Plaza Nueva. Eran años muy difíciles para la hermandad: hubo un periodo en el que la imagen de Jesús del Gran Poder no recibía culto en la iglesia, y tras la Semana Santa, quizá por no haber altar libre en dicho templo, se llevaba al monasterio de las Comendadoras de Santiago, donde se depositaba en su clausura, sin poder los hermanos visitarlo o siéndoles dificultosa su visita. Después la imagen volvió a la sede canónica, para situarla sobre un pedestal, en la estrecha capilla primera de la izquierda.

La crisis dejaba mella en la junta de gobierno. Las juntas directivas de este tiempo de crisis, formadas por empleados bancarios, que, algunos de ellos, no todos, pudieron ser ajenos al sentir cofradiero, y a la ilusión, sacrificio y entusiasmo que requiere la verdadera vocación cofrade. Todo esto, unido a la escasez de medios económicos con que contaba la cofradía, pudo ser la causa de que no se renovaban ni restauraban enseres, hábitos o pasos, llegando estos elementos a una situación de deterioro importante.

Tal vez, pudo ser esta situación el detonante de algún conflicto que se produjo en octubre de 1976, en que fueron cesados varios componentes de la junta de gobierno (dato recogido del Blog «El Esperanzo»). Eran tiempos difíciles para las cofradías y la desilusión campeaba por las juntas de gobierno, faltas de apoyo por parte de la ciudad, de su comercio y de sus organismos económicos y políticos. La crisis llegó a su punto más álgido en 1975; año en el que sólo pudieron hacer estación de penitencia trece hermandades, una de ellas esta de Ntra. Sra. de la Esperanza.  Los salarios de los llamados costaleros profesionales y sus chantajes, así como el coste de las bandas de música, dejaban esquilmados los escasos recursos de las hermandades.

En la Cofradía de Ntra. Sra. de la Esperanza sería desde 1948 llevada por los costaleros profesionales de la cuadrilla mandada por el capataz Padilla, sucedido por Marín, hasta 1967. Después serían las de Diego Palomares y Baldomero Cortés Piñanes, hasta el año 1980, año en el que la cofradía inicia un nuevo ciclo de superación.

Dicha crisis, se tardaría algunos años en remontarla, pues aún en 1978 la Cofradía  de la Esperanza estaba en gran postración; ese año se decidió no salir a realizar la estación de penitencia, porque la situación de hábitos y enseres era deplorable; así lo comunicó a la Federación de Cofradías, pero, finalmente, hizo un meritorio esfuerzo y realizó su estación de penitencia (21).

Ese año la Federación de Cofradías cambia el itinerario oficial para alargarlo hasta la Plaza de las Pasiegas, y así hacer estación ante las puertas de la Catedral, sin entrar en dicho templo. Por ello, se modifica el itinerario para incluir la calle Príncipe, plaza de Bibrambla, Pescadería, Marqués de Gerona y Pasiegas. Se suprimiría la calle de Reyes Católicos y para el regreso a su iglesia la hermandad recorrerá la calle Cárcel Baja, Elvira y Plaza Nueva.

La hermandad se recupera. Nuevo paso para Jesús

Serán los dos años siguientes de 1979 y 1980, cuando dichos hábitos se renueven; pero aquellos tan bellos de damasco verde era imposible su renovación, por su costo y por la dificultad de encontrar material adecuado.

Será a partir de 1980, cuando la hermandad de Ntra. Sra. de la Esperanza inicie un nuevo ciclo, después de casi veinte años de ostracismo; veinte años de penuria económica y desinterés en los que apenas se había conformado con celebrar unos escuetos cultos y el compromiso de realizar su estación de penitencia.

En 1979, la hermandad cuenta con nuevo hermano mayor: Arcadio Ortega Muñoz, escritor de poesía y novela; primer presidente y fundador de la Academia de las Buenas Letras de Granada, y también, perteneciente al gremio bancario.

El Sr. Ortega Muñoz había sido propuesto, en 1981, para el cargo de Presidente a la Real Federación de Cofradías por el saliente, Sr. Gómez Montalvo, pero no quiso aceptar el cargo por entender que el concepto de elección y funcionamiento de este organismo cofrade, no se adecuaba a los cánones democráticos del momento. El Sr. Ortega planteaba un sistema de elección por medio de un congreso general de cofrades, cosa que sabía que era inadmisible, tanto por las cofradías, como por la autoridad eclesiástica (22).

En 1980, el Sr. Ortega fue nombrado pregonero de la Semana Santa de Granada. El año anterior había sido el sevillano Miguel Román Pérez, cuyo pregón fue escasamente apreciado por los cofrades granadinos, y los años anteriores lo habían pronunciado personas de poco nivel cofrade, se vuelve a nombrar a una persona como Arcadio Ortega, poeta y cofrade, que elevó el pregón a unos niveles, muy apreciados por los asistentes.

En la Semana Santa de ese año, nuevas cofradías estaban presentes (Concepción, Estrella y Meditación), lo que obliga a una remodelación de la presencia de las hermandades en los días y horarios procesionales. La Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza, vuelve a procesionar en el Martes Santo, como lo hacía antaño. Ese año presentará una pequeña novedad la participación en la procesión de una Centuria Romana ¿Quizás los directivos estarían pensando en formar «armaos» como en la Esperanza Macarena? La centuria romana salió, también, en 1981, para desaparecer después. También a la Virgen se le hacía un rostrillo muy amacarenado.

Pero, asimismo, en junio de 1980 se aprobará la realización de un nuevo paso del Señor del Gran Poder en orfebrería cincelada, contratando su hechura en 1.885.000.- Ptas. con el taller sevillano de la Viuda de Villarreal (23). El paso antiguo había quedado reducido, prácticamente, a un altarón adornado de plantas y claveles rojos o lirios, según los años. Nuevos hermanos (muchos jóvenes) entrarán estos años en la cofradía, empezando a ser menos importante la presencia de empleados de la Banca, que no obstante, en el pasado habían sido parte fundamental de la historia y esplendor de la hermandad.

En una primera fase del nuevo paso de Jesús del Gran Poder, que consistía en el canasto y faroles de esquina, con pabilos morados, se estrena el Martes Santo de 1981, montándose y saliendo de la iglesia el paso del Señor y de la Audiencia Territorial o antigua Real Chancillería, el de la Virgen. En el atrio de este histórico edificio de carácter renacentista, se montaban los pasos, realizando un traslado a ellos de las imágenes: la Virgen desde la inmediata iglesia de Santa Ana y el Cristo desde las Comendadoras de Santiago (24).

En la Semana Santa de 1983 se vuelve a modificar el itinerario para pasar, después de la tribuna de la Plaza del Carmen, por la Calle de Salamanca, placeta del Santo Cristo y Mesones, para dirigirse a las puertas de la Catedral. Ese año (1983) sucedió D. Federico Pardo Arias a D. Arcadio Ortega en el cargo de hermano mayor de la cofradía, que lo desempeñará hasta 1990. El Sr. Pardo Arias ostentaba un importante cargo directivo del Banco de España. Ya estaba terminada la orfebrería del paso de Jesús, con el nuevo respiradero, pero a falta de las maniguetas, que se estrenaron en 1985, obra, también, del taller de la viuda de Villarreal. Durante los últimos veinte años, a este Nazareno se le vestía con sencilla túnica azul-morada sin bordar; sólo en 1963 salió vestido con la túnica bordada del Nazareno del Santo Ángel Custodio (Jesús de las Penas). Antes, cuando pertenecía a la Hermandad del Santo Vía Crucis, en los años cuarenta, vistió la magnífica túnica de esta hermandad.

Los Costaleros de la Cofradía

A partir de 1978 empezaron a crearse cuerpos de costaleros en las hermandades granadinas, para suplir a aquellos llamados costaleros profesionales, que tanto encarecían las salidas procesionales. La Hermandad de la Esperanza, durante los siguientes años, utilizó para sus estaciones penitenciales a costaleros de otras agrupaciones, principalmente, a la cuadrilla de Costaleros de Ntra. Sra. de la Victoria, que habían sido nombrados costaleros de honor. Serían capataces, durante esos años de principios de los ochenta, Fermín Ruiz Castillo, mandando a los costaleros del paso de Jesús, sucediéndole Gerardo Cardona Linares, y Antonio Cappa Huertas a los del paso de la Virgen de la Esperanza.

Será en noviembre de 1985, cuando se forme el cuerpo de costaleros de la hermandad, formalizándose en el cabildo general de 21 de diciembre de ese año. La mayor parte de los que formaban la nueva cuadrilla procedían de dichos costaleros de la Victoria, ingresando como hermanos costaleros en la hermandad de la Esperanza, que ya sacan sus pasos en la Semana Santa de 1986 y lo hacen desde la propia iglesia de Santa Ana, dejando la Audiencia.

Nueva estampa de nuestra Semana Santa era contemplar la salida de los pasos por la dificultosa portada de Santa Ana, que realizara su traza el gran arquitecto y escultor renacentista Diego de Siloé. Los costaleros se han de bajar al suelo y arrastrase para poder salir del templo con los pasos sobre sus cuerpos.

Algunos de estos costaleros cofrades entrarán en la junta de gobierno de la hermandad, imprimiéndole un sello de juventud necesario para los nuevos proyectos que iba a abordar la cofradía en los siguientes años. Ellos serán la sabia que vitalice las nuevas y múltiples actividades que se desarrollan a partir de la década de los años noventa.

Será en 1992, cuando la cofradía cambiará la forma de llevar los pasos de la modalidad de hombro a costal. Será una de las primeras hermandades en adoptar este carácter, siendo asesorados sus capataces y costaleros por José Carvajal Gálvez, cuya cuadrilla pertenecía  a la Hermandad del Cristo de los Favores, que ya hacía más de una década que había optado por esta modalidad.

Para este año de 1986 la hermandad consigue instalar una casa de hermandad en en el edificio «Esparta» de la calle Cardenal Parrado, en el Cercado Bajo de Cartuja. Eran tiempos en los que empezaban a proliferar estos centros de convivencia cofrade, en los que se podrían almacenar los elementos y enseres de la hermandad.

Renovación de enseres y aumento de otros nuevos

La hermandad, también, procede en estos años a adquirir algunos enseres nuevos y a renovar otros; se encontraba en un proceso de total recuperación. Así, en 1986, se realiza la Cruz de Guía por el Taller de los Hermanos Moreno; fue una donación del cofrade perpetuo, hoy más antiguo de la hermandad, el Sr. Nicolás Crespo y su esposa.

1987 adquiere cuatro faroles para acompañar a la cruz de guía, que será donada por un cofrade, ocho ciriales para los pasos, bocinas y varas para las insignias. Todo ello se realizó en el taller granadino de los Hermanos Moreno.

Nuevas bandas de música va a contratar la hermandad en la Semana Santa de 1988, siguiendo la moda de iniciada por otras cofradías de traer a Granada bandas sevillanas. Así, ese año, vendrá para acompañar el paso del Señor la Agrupación Musical del Dulce Nombre de Marchena, que también asistió los siguientes años. En 1989 se contratará la municipal de Alhendín para acompañar a la Virgen, y al siguiente año una banda de Torredonjimeno (Jaén).

En 1990, se elegirá por el cabildo general a Ángel Córcoles Sánchez, que sustituyó a Federico Pardo Arias, que aún era persona perteneciente profesionalmente al sector bancario de la ciudad, concretamente al Banco Hispano Americano, como apoderado del mismo; también es artista en el arte de la pintura. Será en este tiempo Josefa Zurita Bueno la camarera mayor de la Virgen y consiliario, D. Francisco Hoya Linares. Sin embargo, ya en estas fechas el componente de hermanos no pertenecía al sector de la Banca en la mayoría de su nómina.

En 1990 la Hermandad del Santo Vía Crucis hizo su salida de la nueva sede en iglesia albaicinera de San Juan de los Reyes, debiendo pasar por la Carrera del Darro y Plaza Nueva, delante de la Hermandad de la Esperanza. Como antaño, cuando salían de la Catedral, estas dos cofradías iban a realizar, una tras la otra, sus estaciones de penitencia; el destino había querido que se volvieran a reencontrar el Martes Santo.

Ello, no obstante, vendría a suponer cierto problema, pues cuando el Santo Vía Crucis estaba pasando por la entrada de Plaza Nueva, al final de la Carrera del Darro, la Hermandad de la Esperanza, comenzaba su salida de su templo de Santa Ana. Habrá años, como el de 1991, que esta circunstancia motivó el retraso de la Cofradía de Ntra. Sra. de la Esperanza, con las consiguientes quejas, que se han ido tratando de solucionar con buena voluntad de ambas partes, como se verá, más adelante.

Ese año el Señor llevaba un friso de iris, en contraste con el calvario de claveles rojos. La Cruz que arrastra Jesús del Gran Poder, llevaba por vez primera los remates en orfebrería sobredorada, que le realizó el taller sevillano de Manuel de los Ríos, estrenando la Virgen de la Esperanza una corona, también sobredorada, del taller de Villarreal. Asimismo, se estrenó el libro de reglas con tapas de la orfebrería de los Hermanos Moreno. Apartir de ese año de 1991, la hermandad dedicará sus principales esfuerzos, entre otras cosas, en restaurar la imagen de la Virgen, algunos de los los elementos que forman el paso de palio y realizar de nuevo otros, como varales, respiraderos, restaurar y ampliar los bordados del manto…etc.

La hermandad, al año siguiente, abandonará la forma tradicional granadina de llevar los pasos, es decir, con trabajaderas interiores al hombro, para adoptar la forma de costal sobre la cerviz. Gran parte de las hermandades iban adoptando esta forma de costal, que agradaba más a capataces y costaleros.

 

Restauración de la Virgen. Se confirma la autoría de Risueño

En 1993, el cabildo de la hermandad decide proceder a la restauración de la Virgen de la Esperanza, antigua imagen de Nuestra Señora de las Tres Necesidades, encargando el trabajo a Dª. Carmen Bermúdez y Dª. Ángela Rojas Santos, de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Granada.

Este proceso de restauración comenzó en noviembre de dicho año y las señoras técnicas en restauración lo tenían finalizado antes de marzo de 1994. Durante dicho proceso restaurador se encontraron en el interior del candelero, mezclado con virutas y serrín, un trozo de papel amarillento con el texto: «Joseph Risueño. Año 1718».

Este hallazgo venía a confirmar algo que se conocía desde antiguo por atribuciones de Ceán Bermúdez en 1800, posteriormente de Antonio Marín y por escritos de Dª Elena Gómez Moreno, que calificaba a la imagen, como la más bella Dolorosa de vestir de Granada. Pero, más importante que esta confirmación de autoría, era el hecho de poder conocer cuándo José Risueño Alconchel había labrado la imagen, lo que hizo, según el documento autentificado, en 1718.

La imagen, una vez restaurada, fue depositada en el monasterio de San Jerónimo, realizándose en el mes de marzo de 1994 un devoto traslado, desde  dicho monasterio hasta la iglesia de Santa Ana, sede de la hermandad, con asistencia de gran número de granadinos y devotos. Para el traslado a su sede se utilizaron unas sencillas andas, y la Virgen fue vestida con capa de tela de damasco y una capucha, sin más aditamentos ni joyas, solamente un pañuelo consolador de encaje en su mano derecha. La Virgen de la Esperanza saldría el Martes Santo de 1994 más bella que nunca, al realzar su meritoria talla los beneficios de su restauración. También estrenó los nuevos e impresionantes varales, realizados por el orfebre más asiduo de esta hermandad: el taller de la Viuda de Villarreal, de Sevilla, que hará el siguiente año el llamador de su paso, costeado por los costaleros.  Los varales llevan en sus nudos centrales tres ángeles mancebos sosteniéndolos y los remates por otros ángeles arrodillados que portan incensarios.

Asimismo, se eliminaron los ramos de cera para imprimir al paso de esta portentosa imagen un mayor sentido clásico, realzando de esta manera la obra de orfebrería, imprimiendo sencillez y elegancia al exorno floral, formado por clavel blanco. Ese año (1994) salieron hermanos alumbrando con cera roja, porque la hermandad había iniciado un proceso de fusión con la antigua Hermandad de las Ánimas del Purgatorio y Esclavitud del Santísimo, de la que sólo el párroco quedaba como único hermano. Así se salió en la estación de penitencia los dos años siguientes, pero dicho proceso de fusión no llegó finalmente a prosperar.

El exorno floral de estos años se realizaba a base de bolas de clavel blanco de distintos tamaños en jaras y jarrillas, con un friso de la misma flor y color. Aún llevará los respiraderos antiguos que le realizara López Burgos, realizados cuarenta años atrás, pero sin luces interiores, como era su aspecto original.

Con suave balanceo andaba Nuestra Señora en su paso por la calle de Elvira, sobre los hombros de sus costaleros, haciendo estación en ante la portada de los Hospitalicos; delante de Ella una apretada bulla, que no la abandonaría hasta llegar a su sede de Santa Ana. Los caireles de bellota, cimbreando sobre los nuevos varales, daban delicado son metálico a los pasos de sus costaleros, guiados por la voz del capataz Luis García Quintero. Al Cristo, con recio andar, entre rojos claveles, lo mandaba Gerardo Cardona.

Las bandas de cornetas y tambores Ntra. Sra. de la Palma de Marchena acompasará el andar de los costaleros de Jesús del Gran Poder y la Banda de Música de Nuestra Señora del Valle de la localidad sevillana de Burguillos marcará el primoroso paso corto de los costaleros de la Virgen de la Esperanza mandados por Luis García Quintero. Eran años en los que en la Semana Santa granadina se imponían como novedosa aportación los grupos musicales de la provincia de Sevilla, que iban siendo sustituidos, no obstante, y de forma paulatina por espléndidas agrupaciones musicales granadinas.

En 1995 se estrenará el llamador del paso de la Virgen, que representa un ancla, realizado por el Taller de la Viuda de Villareal; una cruz pectoral, donación de un cofrade para el peto de la Virgen y la restauración por Miguel y Rafael Alcalá de su corona de capilla y de la  antigua diadema.


Un nuevo Nazareno del Gran Poder

El día 17 de octubre de 1995 la hermandad tomaba un acuerdo histórico: encargar una nueva imagen de talla completa de Jesús del Gran Poder al escultor sevillano Manuel Ramos Corona, para realizarla en madera de cedro. El acuerdo definía que la imagen debería de estar inspirada en su movimiento, según el boceto presentado. Dicho boceto presentaba a la imagen arrastrando la cruz con una gran zancada, semejante a la del Gran Poder de Sevilla, de Juan de Mesa. Por otro lado, tendría que inspirarse en la cabeza en la imagen hasta entonces Titular y que realizara, en 1945, Roldán de la Plata para la hermandad del Santo Vía Crucis.

Sólo 65 hermanos acudieron al cabildo que aprobó el encargo, que salió adelante con 35 votos afirmativos, es decir, sin una abrumadora mayoría, desarrollándose la sesión en un ambiente tenso. Asombrosamente, en una decisión tan importante se quedaran sin asistir tantos hermanos de los que forman el colectivo de la cofradía.

Desde luego, el estado de conservación del antiguo Nazareno no era el más idóneo, tanto del candelero, que realizara en su día Martínez Olalla, como el de las partes visibles de la imagen; todo ello, a pesar de haber sido intervenida en 1993 por Juan Manuel Peregrina Palomares para sustituirle la peana y asentarle el candelero sobre ella.

En la Cuaresma de 1996 se bendijo la imagen del Señor, estrenando en ese acto unas potencias realizadas por el orfebre sevillano Joaquín Osorio (la anterior imagen titular no llevaba potencias, solo una corona de espinas natural). Osorio también le realizó ese año las cantoneras que rematan los brazos de la cruz en metal sobredorado.

Saldrá la nueva imagen el día 2 de abril de 1996 sobre calvario de claveles rojos y cirios del mismo color, en su intento de esos años por fusionarse con la sacramental de la parroquia. También la Virgen estrenó la nueva peana de orfebrería, labrado en su centro la imitación del misterio de la Anunciación que figura en el tondo de la fachada de la Catedral granadina, realizado por José Risueño en 1717, un año antes de que realizara la Virgen de las Tres Necesidades (Esperanza). La peana es obra del taller sevillano de Villarreal.

También, 1996 será año de elecciones en la hermandad, saliendo elegido para el cargo de hermano mayor Antonio Jesús Reyes López, que desempeñará el cargo hasta el año 2004. El Sr. Reyes pertenecía al estamento de los costaleros de la cofradía (antes había estado en la cuadrilla de costaleros de la Victoria), que con un número de más de 120 miembros protagonizaban de forma importante el nuevo auge la misma. Ya en esta época la hermandad va quedando paulatinamente desligada del grupo profesional bancario que había sido el motor de su fundación y de sus siguientes séis o siete décadas. También será año 1996 de aprobación de nuevas reglas para adaptar las antiguas al Estatuto Marco de hermandades. Su aprobación por la autoridad eclesiástica se produjo el día 25 de septiembre de ese año.

Asimismo, Ramos Corona realizará en 1997 los evangelistas que rematan las esquinas del paso del Señor y el apostolado de las capillas en la base de los varales del palio de la Virgen de la Esperanza. En este año se estaban renovando los hábitos de los hermanos, que consistía en túnica y capillo verdes con cíngulo en tela de oro, llevando capa blanca todos los cofrades, realizándose su confección en el «Taller del Nazareno» de la ciudad de Sevilla. Los antiguos y valiosos escapularios que quedaban, bordados en seda y oro, se destinaron a los cargos y portadores de insignias de la hermandad.

Bellísima iba la Virgen de la Esperanza en el Martes Santo de 1998 con tocado nuevo realizado por su vestidor habitual de estos años, Esteban cruz, que como detalle menos apreciable al público había colocado un friso de azahar a los pies de la Virgen. Ésta había estrenado en 1997, una primorosa saya interior de cola con encajes, que había sido realizada por una hermana. La imagen se puso en la calle de forma delicada al son de la marcha Amarguras. 

También el Señor del Gran Poder iba con dos meritorios ángeles horquilleros que sujetan su cruz, realizados en 1997 por el mismo autor de la imagen, Ramos Corona, que también realizó el apostolado del basamento de los varales.

La Cofradía había experimentado una asombrosa evolución en los últimos años de forma, tanto en su organización y estación de penitencia, como en la calidad de sus enseres, que la hicieron meritoria del galardón Nazareno del Año de 1998, que otorga Radio Granada, Corte Inglés y Ayuntamiento. Semana Santa lluviosa y fría la de 1998 ( 1/3 de las cofradías no pudieron hacer estación), aunque no afectó a la cofradía de la Esperanza, que salió con gran esplendor por las calles de nuestra ciudad repletas de público ansioso de contemplar la Pasión de Jesús en catequesis plástica que de forma inigualable ofrece el paisaje urbano de Granada.

 

Nuevos respiraderos para la Virgen

Pero será en la Semana Santa de 1999 cuando la Virgen vea prácticamente finalizada la renovación de su paso de palio con el estreno de los nuevos respiraderos, jarras y los candelabros de cola de orfebrería que iluminan su preciado manto. En esta ocasión la hermandad cambia de artífice para encargar estos trabajos a Orfebrería Maestrante S.L. de Sevilla.

Una nueva estética se ofrecerá en este paso de la Virgen de la Esperanza, que cambiará completamente su estilo granadino de respiradero y candelabros, realizados por el escultor López Burgos en 1945-1946 en talla de madera con dorados en pan de oro.

El nuevo trabajo del respiradero combina en sus paneles la orfebrería dorada de elementos vegetales con jarras florales en los tramos y esquinas, también de orfebrería, pero plateada, y capillas en igual metal, representando diversas escenas de la vida de la Virgen. Todo el conjunto orfebre se combina con talla de madera en la capilla central delantera que representan a las Tres Virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad de Miguel Ángel Domínguez de la Algaba (Sevilla). También son de madera las peanas de las jarras del respiradero.

Asimismo, los candelabros de cola con dobles basamentos en forma de templete que albergan tallas de madera policromada en miniatura con los temas del Gran Poder de Jesús, Adoración de los Magos y la Expectación de la Virgen o la Visitación, realizadas por el escultor, Miguel Ángel Domínguez Velázquez. Todo el conjunto se completa con el entrecalle, regalo de la Hermandad de Ntra. Sra. de Gracia en el que figura la imagen de su Titular en plata; también de Orfebrería Maestrante. Un gran esfuerzo económico realizado por parte de esta hermandad, para ofrecer a Granada y sus cofrades un trono digno de la excepcional belleza y valía de esta imagen de Dolorosa de íntimo sentir, expresado de forma magistral en su juvenil rostro.

Esta obra de arte estrenada en 1999 fue presenciada por al nuevo arzobispo de Granada, D. Antonio Cañizares -hoy Cardenal de la Iglesia-. En ese año, recibió a todas las hermandades que hacían estación de penitencia ante las puertas de la Catedral Metropolitana, ello sería preludio de la autorización, que al siguiente año 2000, otorgará a las cofradías granadinas para su entrada en el interior de dicho templo, sede de la cátedra de San Cecilio, evangelizador de estas tierras en el siglo I de nuestra Era. El acceso a la Catedral se venía solicitando por las hermandades granadinas desde el inicio de los años cuarenta.

Pero el siglo XX finaliza para la hermandad con el triste suceso del fallecimiento de Nicolás Crespo, quizás el hermano más antiguo que militaba tantos años en la devoción a Nuestra Señora de la Esperanza, y que había sido puntal continuado en el mantenimiento de la cofradía en años difíciles. Había recibido, también, ese mismo año el galardón Nazarenos del Año 1999, junto a su esposa Dulce Galindo, por su fidelidad y estrecha vinculación a la hermandad (26).

La hermandad finalizaba el siglo XX con una importante actividad que se había desarrollado en las últimas décadas, tanto en actos religiosos como culturales y de caridad. Al triduo tradicional, función solemne y besamanos del 18 de diciembre, onomástica de la Virgen de la Esperanza, se unía la función del día 8 de diciembre dedicada a Nuestra Señora; el Quinario a Jesús del Gran Poder en el mes de enero.

El inicio de un nuevo siglo

Pero un acontecimiento transcendental marcará el inicio del siglo XXI o final, si queremos, del saliente siglo XX: El Año Jubilar, y con él, la entrada a la Catedral de las cofradías granadinas para hacer estación de penitencia, después de cerca de dos siglos sin poderla realizar en su interior.

Será el futuro Cardenal, D. Antonio Cañizares Llovera, quién dará su autorización y estará presente con cada una de nuestras hermandades en tan penitente acto, acompañándolas hasta el presbiterio de nuestra Iglesia Mayor, acto que será continuado hasta nuestros días por el actual prelado, D. Javier Martínez.

La cofradía se dedicará estos primeros años del siglo XXI a seguir renovando enseres, y así, en el año 2000, se estrenarán, realizadas por Maestrante, las varas de hermano mayor, del secretario, ocho de presidencia y doce de escolta de insignias, así como, la restauración de faroles guía y ciriales del Cristo. También bastones de los mayordomos en metal y madera noble.

La hermandad realizó su estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, ganando el Jubileo de los 2000 años del nacimiento de Cristo, pero la lluvia la sorprendió cuando regresaba a su templo de San Gil y Santa Ana. Poco itinerario le faltaba a la cofradía para concluir su estación, decidiendo, no obstante, regresar a la Catedral, donde estuvieron sus Titulares hasta el Domingo de Resurrección en que fueron trasladados en andas a su sede, acompañados por hermanos vistiendo traje oscuro de paisano.

También la hermandad tendrá nuevas elecciones el día 9 de junio para elegir hermano mayor, resultando reelegido Antonio Jesús Reyes López para un segundo mandato (2000-2004), y Manuel Dorado Aguayo, como vice-hermano mayor, siendo estos años diputado mayor de gobierno Francisco J. Fernández Millán y consiliario, José Delgado Martín. Continuarán de capataces de los pasos Gerardo Cardona Linares, en el del Cristo, y Luis García Quintero en el de la Virgen. Seguirá vistiendo a la Virgen, Esteban Cruz Jiménez. Asiduas en estos años eran ya las bandas de cornetas y tambores de María Stma. de la Palma de Marchena en el paso del Gran Poder y de Ntra. Sra. del Valle de Burquillos, con el paso de la Esperanza, ambas sevillanas. A la primera se le había concedido la medalla de honor de la cofradía y la de Burguillos sería sustituida en 2002 por la de Santa María del Viso del Alcor.

No terminará el año 2000 sin otro acontecimiento de relieve para la hermandad, pues el día 8 de julio se inauguró en la Catedral la exposición Jesucristo y el Emperador Cristiano en la que formaron parte, entre otras, ocho imágenes titulares de hermandades de penitencia pertenecientes a la Escuela Granadina. Una de ellas fue nuestra Señora de la Esperanza, que no podía faltar como obra expresiva de la Dolorosa genuina granadina, que desde 1718 ha formado parte de nuestra Semana Santa, lo que la entronca también con la religiosidad y devoción popular ancestral, una de las áreas tratadas por la exposición.

La Virgen de la Esperanza, junto con otras imágenes, fue trasladada solemnemente en andas desde Plaza Nueva, punto de encuentro de varias imágenes, a la Santa Iglesia Metropolitana el día 29 de junio, acompañada de la junta de gobierno y del guión de la hermandad. Para la exposición se le colocaron sus manos originales que la imagen presenta en limitadas ocasiones.

La Virgen permaneció en la Catedral hasta el día 8 de diciembre de 2000 en que se clausuró la exposición.

Por si cabía más belleza en un paso de palio como el de Ntra. Sr. de la Esperanza, se añade en 2001 la nueva candelería realizada por el taller sevillano de Maestrante, con ello quedaba completada la renovación de la orfebrería del paso de de palio, que luce con la mínima y elegante colocación de flor blanca, que en estos años se combina el clavel con otras especies florales olorosas. Será el florista Verdegal quien adorne el paso en estos años.

En 2002 la cofradía se verá inmersa en los actos del 75 Aniversario de su fundación, entre ellos, el recuerdo en una misa de difuntos el 4 de noviembre ante la tumba del artífice de la Virgen José Risueño Alconchel, que reposa en el mismo templo donde se venera la imagen que saliera de una devota y singular inspiración, que guió sus manos para legarnos esta madre de ternura apenada y serena.

En el año 2002 en algunas publicaciones se da la noticia de que ese año estrenaba la Virgen el apostolado del basamento de los varales, realizado por el escultor sevillano Miguel Ángel Domínguez Velázquez, sin embargo, unos años antes, y así se ha reflejado, se anunciaba el estreno de dicho apostolado, atribuyéndolo a Ramos Corona. No sabemos si es que la hermandad decidió cambiarlo por el del Sr. Domínguez, o fue éste el que lo realizó en 2002 definitivamente. Dentro de los actos del 75 Aniversario se celebró una solemne función, después de Semana Santa, el día 27 de abril, fecha en la que se fundó la cofradía (allá por 1927) oficiada por el arzobispo de Granada, D. Antonio Cañizares Llovera. El Cristo lució una original túnica de brocado granate y oro, y la Virgen, con diadema, una saya negra con bordado de realce en oro y manto celeste, con tocado en el que se olvidó la blonda de encajes con que tradicionalmente se la atavía, para incluir un amplio cuello-peto.

También se celebró un vía crucis con la imagen del Señor, que hubo de realizarse en el interior del templo de Santa Ana por imperativo de tiempo lluvioso que se presentó ese día. Por último, y como acto público participativo de la conmemoración, la Virgen de la Esperanza salió en su paso de palio en procesión extraordinaria el día 11 de mayo de aquel año.

Solemne fue también la función a la Virgen de la Esperanza en su onomástica del día 18 de diciembre de ese año, en la que estrenó una valiosa saya realizada por Sebastián Marchante Gambero, donada por sus camareras en color burdeos con bordado decimonónico en realce. Ello propiciaría que en 2003 fuese la imagen de Jesús del Gran Poder la elegida para presidir el XI Vía Crucis oficial en la Catedral de la Federación de Hermandades y Cofradías. En sencillas andas para esta ocasión el Señor vistió la túnica de brocado.

En el cabildo de 11 de enero de 2003 se abordó una de las decisiones de más enjundia: la restauración y ampliación del bordado del manto de la Virgen, preciado patrimonio de la Virgen que realizara en 1930 la Casa Garín de Valencia. En esta ocasión el encargo se realizó al taller malagueño de Sebastián Marchante, añadiendo alrededor del manto una greca bordada de óvalos con pinturas al óleo, realizadas por la artista de Málaga, Maribel Lozano.

Aquel Martes Santo de 2003 se presentó meteorológicamente inestable, pero la hermandad, como otras del día decidió salir en estación de penitencia. No pudo llegar a la tribuna, aunque sí a la iglesia de San Matías, lugar que en los últimos años se estaba convirtiendo en uno de los puntos de más recomendados para contemplar el paso de la hermandad. Poco después, un intenso chaparrón hizo que la hermandad regresara a su templo por el camino más corto.

El manto con los bordados restaurados sobre nuevo terciopelo y ampliado estará para que la Virgen lo lleve en la Semana Santa de 2004. Antes se había expuesto para el conocimiento y serena contemplación del público en unos locales, creo recordar, si no estoy equivocado, en la Calle de San Antón. También se expuso el palio.

El manto es una exaltación gloriosa de María en el año que se cumplía el 150 aniversario de la proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción, al que tan ligadas están las cofradías granadinas desde el siglo XVII. Lo que es la parte central del manto lo ocupan los bordados antiguos del mismo rodeando el escudo imperial; la zona que rodea a la anterior la borda Marchante inspirándose en el palio de Trinidad Morcillo, con elementos simbólicos con nueve óvalos en pintura que representan escenas de las Sagradas Escrituras referidas a María y símbolos de la Letanía Lauretana.El final del manto lo remata un óvalo con la corona real bordado en oro con el ancla y la cruz.

La imagen, que sólo ella, y sin más aditamento, florece como intenso foco de sublime y tierna belleza, ese año de 2004, apareció con un tocado asimétrico de gran originalidad, que le realizaría su vestidor habitual Esteban Cruz.

En conmemoración del citado Dogma la Virgen salió de forma extraordinaria en un vía lucis el día 9 de mayo de ese año, celebrado por la Carrera del Darro y los alrededores de la feligresía de Santa Ana. Lo hizo en sencillas andas con cirios y la flor blanca habitual; en la comitiva se llevaba el guión concepcionista que realizara la Casa Garín en 1930.

Ese año, también, el día de la Inmaculada, 8 de diciembre, las Dolorosas granadinas se expusieron a la veneración  con aditamentos inmaculistas. La Esperanza con mantilla blanca, uno de sus mantos de capilla y la saya de tisú de Garín, con la media luna a sus pies.

Un nuevo hermano mayor tendrá la hermandad en 2004, Manuel Jesús Dorador Atienza, abogado de profesión, especialista laboral. También se dio la circunstancia de haber sido costalero de la hermandad en años anteriores. El cargo de vice-hermano mayor lo ostentará Francisco José Fernández Millán; adjunta a hermano mayor, Josefa Zurita Bueno; secretario G. Miguel Hurtado Linares; vice-secretario, Luis Javier López Marín; tesorero, Eduardo Mañas Ayala; consejeros económicos, Ricardo Mañas Villanueva y Antonio J. Reyes López ( este había sido el anterior hermano mayor); albacea, Manuel Amador Moya, con Josefina Torres Perea y Sergio Aguayo Castillo de vice-albacea y ayudante, respectivamente; prioste, Santiago Delgado Rubio y Elena Delgado Rubio de ayudante; fiscal, Enrique Martínez Pérez; y de vocales, Pilar Herrera Montilla, Aurelia Macías Rodríguez y Ismael Álvarez Pérez; consiliario de relaciones con la banca, Manuel Dorado Aguayo; consiliario, Rafael Alcalá Valdivieso. Era una junta especialmente significativa por la juventud de gran parte de sus componentes y la importante participación de la mujer en la misma.

En la Semana Santa de 2005, un acuerdo entre las cofradías del Martes Santo modificó el orden de sus estaciones de penitencia, pasando la de Ntra. Sra. de la Esperanza a ser la segunda del día, detrás de la Lanzada. Hasta ese momento había pasado la última por el itinerario oficial, llegando a su iglesia a horas tardías de la madrugada del Miércoles Santo (hacia las 2 de la madrugada). Esta modificación, que adelantaba más de una hora su horario de salida (de las 19:30 a las 18:15) le permitía realizar más detenidamente su recorrido y encerrarse un poco antes.

De hecho, sin embargo, la ingente «bulla»que se forma en la calle de Elvira, especialmente a su paso y detenimiento ante los Hospitalicos, no resolvió el problema de su regreso tardío a Santa Ana, donde se encierra, bastante adentrada la madrugada.

En 2006, con motivo del X Aniversario de la hechura de la imagen de Jesús del Gran Poder, se celebró con ella un vía crucis por las calles del barrio. Unas nuevas potencias estrenaría la imagen realizadas en plata de ley sobredorada por el Taller de Maestrante, que son con las que actualmente procesiona.

La hermandad fue pionera en el año de 2006 en crear el Centro de Atención al Costalero «Jesús del Gran Poder», que se instaló en el patio del Ayuntamiento durante la Semana Santa, para atender con carácter terapéutico y preventivo los percances que se produzcan entre los costaleros durante las estaciones de penitencia, habiéndose atendido hasta el momento más de mil.

Las pinturas del techo exterior del palio se realizan, también, en 2006 por el pintor de Alcalá la Real afincado en Granada, Rafael Revelles, catedrático y discípulo de Gabriel Morcillo y de Carazo, que ya trabajó en 1955 para la Hermandad del Santo Vía Crucis en su estandarte mariano. Ese año, restaurará Sebastián Marchante la saya de 1930 que realizó la Casa Garín en tisú de plata con bordados, una verdadera joya histórica que conserva la hermandad desde su primer año de salida procesional. Pero un importante estreno en bordado será el nuevo guión de la hermandad de original diseño, que difiere en forma de las conocidas bacalás y que está inspirado en el antiguo. Lo realizó en bordado de realce Sebastián Marchante ese año de 2006.

Tiene el guión también la particularidad de llevar bordadas en color, y con carnación en marfil, las imágenes de Santa Ana y la Virgen Niña, y la de San Gil con báculo, realizadas por Israel Cornejo y situadas en los salientes inferiores.

También, al siguiente año de 2007, Marchante realizará el nuevo Simpecado, que conservará en su centro el medallón labrado con la Virgen de la Esperanza por Navas Parejo en 1930 y el busto del Papa Pío IX, que proclamó el Dogma, y otros dos, realizados en madera policromada por el malagueño Juan Vega. Ese año también se estrenaron las pastas del Libro de Reglas en orfebrería de plata de ley realizadas por Orfebrería Maestrante de Sevilla. Como hemos observado son estos años de la primera década del siglo de renovación y restauración de enseres, en cuya ejecutoria se ha tenido el acierto de conservar algunos elementos de los antiguos (medallón de Navas Parejo), mejorando el resto, aunque, a mi juicio, se debían de haber conservado en su integridad, aunque fuese como pieza histórica.

Llevaba bastantes años la hermandad contratando para su estación de penitencia varias bandas de música de Sevilla (Burguillos, la Palma de Marchena o la del Viso de Alcor), lo seguirá haciendo en años sucesivos para el paso de la Virgen, pero en 2007 se crea la Banda de Cornetas y Tambores de Jesús del Gran Poder, como banda propia para acompañar al Señor. El cuerdo de crear la banda se adoptó en el cabildo de 23 de julio de 2006. Fue la banda de Jesús de la Victoria de barrio la Chana, con su director Jesús Ortiz Ortega, la raíz de esta nueva banda de cornetas y tambores de la hermandad. Se presentó el día 25 de enero de 2007 en un concierto en el Auditorio Manuel de Falla, junto con la banda de la Esperanza de Málaga, que actuó como madrina. En estos años siguientes ha actuado en las estaciones de penitencia de varias cofradías de Granada y su provincia y en otras provincias de Andalucía y fuera de ella, como Córdoba, Almería, Alicante…etc. Interpreta, primordialmente, marchas de tipo clásico para los Cristos, rehuyendo novedades.

Pero la Semana Santa de 2007 se presentó muy lluviosa en la mayor parte de sus días, entre ellos, el Martes Santo. Plaza Nueva aparecía rebosante de público a la salida de la Hermandad del Gran Poder y Ntra. Sra. de la Esperanza, expectante para ver salir la exquisita Perla de Santa Ana, que aparecía vestida por Esteban Cruz con un tocado de tul ribeteado de hilos de seda y bordado con cristal de talco en él insertados. Este año, vestía la saya de Garín, realizada hacía ochenta años, y que restaurara Sebastián Marchante. Ya avanzaba la cruz de guía y parte de la comitiva del Señor, cuando la lluvia hizo imposible la salida del resto de la hermandad, y el diputado mayor de gobierno Enrique Martínez ordenó el regreso a la iglesia.

Verdadero dolor se experimenta en los cofrades en esos momentos de la suspensión, cuando las ilusiones y el deseo de acompañar a sus Titulares de todo un año se ven quebradas por el evento meteorológico. Decepción en miles de granadinos, que esperan pacientes en la plaza, a ver salir a la hermandad y sus pasos preparados y adornados con tan gran esmero. La hermandad reunida ante sus pasos rezó el Santo Rosario y, posteriormente, se abrieron las puertas del templo para que una incesante muchedumbre contemplara las imágenes, entre ella el arzobispo de Granada para dar ánimos a los hermanos.

Restauración de la capilla y retablo de la Esperanza

La hermandad había comenzado a finales de 2006 la restauración del retablo de la capilla de la Virgen de la Esperanza por parte de las técnicas en Bellas Artes, Sonia Manganell y Esther y Rocío Pérez Aguilera.

Esta capilla y retablo habían sido tiempos pasados los que albergaban a Nuestra Señora de la Candelaria, según un inventario de 1867; después se pasó a ella la Virgen de la Granada, procedente de San Gil y que en el siglo XIX algún párroco la había convertido en Virgen del Carmen (hoy ambas imágenes están en el presbiterio).

La Virgen de la Esperanza se colocó, tal vez, en los años veinte del pasado siglo, al fundarse la cofradía, en el altar donde hoy se venera la imagen de Jesús del Gran Poder. Como se ha manifestado en otro lugar de este trabajo, la Virgen de la Esperanza (entonces Tres Necesidades) estaba primitivamente en la hornacina alta del retablo del Santo Entierro, donde hoy está el Resucitado. De esta forma estaría en San Gil, de donde procede el retablo del Santo Sepulcro, así como su hermandad.

Al retablo actual se llevaría la Virgen en los años noventa, probablemente, cuando se hizo la imagen del Gran Poder por Ramos Corona.

Este retablo que se restaura, fue realizado en el siglo XVIII, correspondiendo a un barroco tardío, con influencia del naciente Neoclásico. Está flanqueado el nicho de la imagen por dos columnas doradas con dibujos vegetales tallados, que sostienen un frontón y un arco dorado semicircular con relieves tallados; en el centro del arco penden nubes talladas con el emblema de María, por haber sido siempre capilla mariana. Tenía el retablo dos querubines que desaparecieron hace tiempo.

En 2008 se estrena por la Virgen una saya en tisú bordada en oro por el bordador José Manuel Martínez Hurtado, hermano de la cofradía, y aunque natural de Úbeda está viviendo en Granada. Se convertirá en uno de los bordadores más solicitados de Andalucía. El tisú es tejido no utilizado para el bordado por lo que pudo ser esta saya una pieza única en ese tiempo.

Ese año el Gran Poder sale a la plaza con exquisito contraste que hace la orfebrería de plata de su paso con el iris morado con que se exornó el calvario y el friso de su respiradero. Encima, sobre la cerviz de sus costaleros, la sobriedad doliente de la imagen vestida con túnica morada y lisa, que inmerso en el reflejo el agonizante sol de la tarde, avanza a los acordes rotundos de la nueva banda de cornetas y tambores de su nombre.

Nuevo año de elecciones es el de 2008 en el que sale elegido hermano mayor Ángel Córcoles Sánchez; muy veterano en la cofradía, ya había sido elegido hermano mayor años atrás, en el periodo 1990 a 1996, en el que se llevó a efecto la restauración de la Virgen y con ella la confirmación de su autoría. Serán priostes e este mandato Juan Gijón Romero y Antonio Revelles García y fiscal general Gonzalo de Medinilla Ceballos. Mandato este segundo en el que de forma menos aparente se llevará a efecto la restauración de muchos enseres de la hermandad, como los varales y brazos de cola del palio de la Virgen.

Un importante acontecimiento se celebró el Sábado Santo de 2009, para conmemorar el centenario del nacimiento de nuestra actual Semana Santa, después que hacía casi un siglo en que desaparecieron la mayor parte de las hermandades de penitencia antiguas granadinas. 1909 fue con el Santo Entierro Antológico del Viernes Santo, el punto de partida de nuestra Semana Santa actual. En dicha procesión, que constituía una antología de la Pasión, con diversos pasos con muchas de las imágenes que en los siguientes años serían titulares de nuevas hermandades de penitencia.

En la Passio Granatensis (Pasión de Granada) de 2009 salieron las imágenes representativas de los diversos momentos de la Pasión del Señor. Jesús de Gran Poder no salió por hacerlo porque la escena de Jesús arrastrando la cruz por la Calle de la Amargura lo represento el Señor de este título de la Hermandad del Santo Vía Crucis. Más de 250.000 personas se reunieron en las calles de centro de la ciudad para presenciar el evento.

Sí salió Jesús del Gran Poder el Martes Santo de 2009 como es usual con su Madre de la Esperanza. Ésta luciendo la saya burdeos con bordados decimonónicos del 75 Aniversario que le realizara Marchante en 2002 y con bellísimo exorno de rosas blancas en jarras y friso; el Gran Poder cambió sus iris morados del año anterior por los tradicionales claveles rojos en el calvario y friso.

Nuevo capataz llevará el paso de Jesús del Gran Poder en la Semana Santa de 2010, José M. Rodríguez Quesada. Jesús volverá este año a llevar iris morado y la Virgen clavel blanco con la exquisitez que sabe colocarlo la familia Vedia. Un cortejo numeroso de nazarenos y mantillas daba dimensión en la calle a esta Real Hermandad, quizás uno de los más nutridos de nuestra Semana Santa.

En noviembre de 2010 le correspondió a la Hermandad de Ntra. Señora de la Esperanza organizar la XLIII Convivencia Nacional de hermandades con la advocación de Gran Poder. Los actos se efectuaron en el fin de semana del 13 de noviembre, siendo recibidas las hermandades asistentes en el Teatro Isabel la Católica, desarrollándose diversas ponencias sobre la advocación, siguiendo una visita a la Casa de los Pisa y su museo; misa con concierto de la banda de Jesús del Gran Poder en la sede de Santa Ana, ante los titulares granadinos. Se concluyó con una comida de convivencia en el Palacio de los Cordova.

Sale la Esperanza, la perla de Santa Ana, cuando el corazón y el aliento quedan en suspenso al avance tenue del paso de palio sobre las rodillas de sus costaleros… sale la Esperanza, traspasando el cancel y portada de Santa Ana, donde se engarza en su singular concha mudéjar de capillas blancas.

Novedad importante para la Semana Santa de 2011: se abandona la Plaza del Carmen como lugar de la tribuna oficial para instalarla a lo largo de la Calle de Ángel Ganivet, entrando las hermandades por la Plaza de Mariana Pineda. Con ello se evitó la tradicional calle de Navas, evitándose así la estrechez de esta calle y el ruido de los numerosos bares allí instalados. El recorrido hacia la Catedral se hará por la Calle de los Mesones, que posteriormente, en 2013, también se evitará.

Con la incertidumbre del tiempo, que en algún momento dejó caer su chaparrón, salió la Esperanza en 2011 y regresó entre bullas, marchas y saetas, desde la salida de la Catedral hasta la calle de Elvira y Plaza Nueva. Navegaba entre juventud y más juventud, que quedaba extasiada ante su estrábica mirada de paciente dolor. Ella en su paso de verde luz, caminando por la Gran Vía y coronada por el cimborrio de la Catedral, fue la protagonista de la portada de la revista oficial «Gólgota, 2012» en una impresionante instantánea de Carlos Choin.

La Real Hermandad también participó con un altar de los que se levantan al paso de la procesión del Corpus Christi granadino, donde asiste en corporación todos los años. Múltiples actividades de tipo cultural y religioso se desarrollan desde hace años en la cofradía (pregones, carteles, charlas culturales y de formación, cruz de mayo, bolsa de caridad y asistencia caritativa a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, cuyo rector ha asistido a diversas estaciones de penitencia).

Pero el Martes Santo de 2012 la hermandad tuvo que suspender su estación de penitencia por la intensa llovizna. Estos últimos años habían sido de una pertinaz insistencia de este fenómeno meteorológico aunque no se presentara todos los años en el Martes Santo, pero serían compensadas las cofradías en los años siguientes ( 2014, 2015 y 2016) con un tiempo espléndido durante casi todos los días de la Semana Santa. Año de elecciones en la hermandad fue también 2012 en el que un nuevo hermano mayor fue elegido; en esta ocasión sería Francisco Fernández Millán, que había ostentado el cargo de vice-hermano mayor.

Una entrañable prenda se le pone a la Virgen en su onomástica del 18 de diciembre de ese año: la cotilla o cinturilla bordada en oro que incluye en su parte central un pequeño Niño Jesús, simbolizando el embarazo de la Virgen y expectación del nacimiento de Jesús. Un ancla remata la prenda, también, símbolo de la Esperanza. Otro acontecimiento importante se produce en 2013: la celebración de la procesión Magna Mariana, con motivo del Centenario de la Coronación Canónica de la Santísima Virgen de las Angustias, Patrona de Granada, y, también, conmemorar el Año de la Fe.

Ese año, pues, salió la Virgen de la Esperanza dos veces: El Martes Santo, en su estación de penitencia habitual, y el día 25 de mayo por la tarde en la Magna Mariana, junto con otros 25 pasos marianos de nuestras hermandades de penitencia y algunos de patronas de los pueblos.

2013. La Magna Mariana

En la mañana del día 19 de mayo todas las imágenes de María que iban a intervenir en la procesión fueron trasladadas en solemne comitiva a la Santa Iglesia Catedral. La Virgen de la Esperanza lo hizo a las 8 de la mañana, junto con las Dolorosas de su zona (Aurora, Concepción, Sacromonte, Estrella, Reyes, Santa María de la Alhambra y la Soledad de Mora de su iglesia). En la Catedral quedaron expuestos los pasos para la visita de los ciudadanos, que formaban cola interminable.

Por riguroso orden de antigüedad de sus respectivas hermandades salieron las Vírgenes granadinas por una ciudad repleta de gentes que vinieron de todas las provincias de Andalucía y de fuera de ella. La Virgen salió a las 18:30 con el exorno floral típico en ella (rosas blancas y, parece, que fresias o azahar del mismo color). Un lazo de dicho color pendía de un varal, símbolo antiabortista, proclamando que Ella tuvo en su vientre al Hijo de Dios, esperando el momento del parto, para traernos con su nacimiento la Luz y la Palabra de la Salvación. Los pasos marchaban con el único son de las pisadas de sus costaleros, hasta llegar por Mesones, Trinidad, Capuchinas, Cárcel Baja, Gran Vía, Isabel la Católica, Reyes, Puerta Real y Carrera de la Virgen, hasta la Basílica de las Angustias, cuya imagen en sus andas esperaba este grandioso homenaje de las hermandades.

Después, a la vuelta, desde el Humilladero, cada imagen fue acompañada por su banda de música interpretando marchas procesionales. La Esperanza regresó por Acera del Darro, al Puente de Castañeda y San Antón, Alhóndiga, Plaza de la Trinidad y por Capuchinas y Cárcel regresó a Plaza Nueva y Santa Ana, ya de madrugada. Dia para recordar, a pesar de una llovizna intermitente que no logró empañar un día, que quedará para siempre en los anales de la Semana Santa de Granada. Ya en estas fechas se piensa seriamente realizar los trámites necesarios para la Coronación Canónica de la Virgen de la Esperanza, haciéndola coincidir con el CCC Aniversario de su hechura por el escultor José Risueño Alconchel (1718).

La Semana Santa de 2014, va a traer la modificación parcial de la nueva carrera oficial que se había inaugurado en 2011, en la que se incluía a la calle de los Mesones para acceder las hermandades a la Catedral. Esta calle debido a la configuración de su pavimento, suponía un verdadero tormento para los costaleros, que le impedía llevar los pasos de la forma más correcta y adecuada. También, su estrechez y la gran cantidad de comercios, no la hacían la más idónea para el paso de las cofradías.

Ello determinó a la Federación de Cofradías, presidida por Antonio Martín, a suprimir el paso por dicha vía y cambiarla por la de Alhóndiga, más amplia y con la posibilidad de aumento de los palcos, escasos por la gran demanda existente.

Un acierto fue esta modificación, que engloba espacios más amplios del centro de la ciudad, donde las aglomeraciones se pueden más fácilmente diluir y las comitivas tiene más recorrido y lucen más esplendorosamente.

La hermandad inmersa en los importantes y futuros eventos, poca cosa estrena en 2014; sí una puesta en la calle de una corrección notable y un patrimonio ya considerable por su valor, arte y belleza. Pero aunque sólo fuera con Ella en unas sencillas andas, merecería la pena estar presente para contemplarla extasiados. Ver la ternura juvenil dolorida de la Niña de Santa Ana, como la nombran los jóvenes cofrades, basta para sentirse plenamente confortado e inundado de fervor.

En su vestir la Virgen abandonó ese año, momentáneamente, su tradicional tocado de blondas de encaje, para adopta uno de venda muy elegante con un pecherín blanco enjoyado y la mitad inferior del mismo formado por encaje dorado. Fue una Semana Santa con un tiempo bonancible que no se conocía desde hacía bastantes años. Granada se volcó en sus calles. Mejor, si cabe, se presentaron las Semana Santas de 2015 y 2016, que con 2014 formaron un triduo difícil de repetir (toquemos madera). La Esperanza volvió en 2015 a lucir tocado de blonda de encaje, pero tenue…sencillo, sin que ahogara su serena belleza.

Estos últimos años una participación de cofrades- niños se reúnen para una bella iniciativa: la procesión infantil con el Niño Jesús de Pasión, realzado por el escultor granadino, Alberto Fernández Barrilao. Más de un centenar de niños vestidos de costaleros portan las andas del Niño Jesús por la calles del Bajo Albaicín, acompañados de la Banda de Cornetas y Tambores de Jesús del Gran Poder. Preciosa escuela cofrade para inculcar el apego, desde jóvenes, a la hermandad y a la Semana Santa. Dicha banda de la hermandad también dio un concierto el día 29 de marzo de este año de 2017 como clausura de las I Jornadas Cofrades en Centros Penitenciarios «Nuestra Señora de la Esperanza», en el Centro Cívico «Beiro». Estas jornadas se han desarrollado en varios lugares, entre ellos en el Centro Penitenciario de Albolote, a fin de llevar la Semana Santa, en sus distintos aspectos religioso, social y cultural, a los reclusos de Granada. En el cabildo general de elecciones del mes de junio de 2016, con mayor asistencia que la acostumbrada en el pasado (asistieron 134 hermanos) se reelige por unanimidad a Francisco Fernández Millán para su segundo mandato; durante el mismo se verá coronada canónicamente la sagrada imagen de Risueño.

Al Sr. Fernández Millán lo acompañan: Luis García Quintero, como vice-hermano mayor y capataz, tantos años de la Virgen; Miguel Hurtado Linares, como secretario; vice-secretaria, Mª Cristina Palma Padilla, J. Gonzalo Pérez Gutiérrez, adjunto; Noelia V. Pérez García, como Fiscal General; Antonio Carlos Villegas Fajardo, como tesorero; Francisco J. Urbano Vargas e Ignacio Cardona Calancha, como consejeros económicos; Luis J. Sánchez Martínez, como albacea; Sergio Aguayo Castillo, como vice-albacea; Santiago Delgado Rubio, como primer prioste y Ana Elena Delgado Rubio, como segundo. Vocales: Francisco Ismael Álvarez Pérez (cultos); Juan Sánchez Garrido (mayordomos); Teresa Zurita Bueno (camareras); Javier Simón Cubero (costaleros); Carlos J. Justicia García ( Banda de CC. y TT.); Javier Fernández Ballesteros (Formación); Beatriz Pérez Ortega (protocolo); Miguel Ángel Alcalá Salmerón (comunicación); Raquel Delgado Rubio ( juventud); Vicenta Sánchez Rodríguez ( caridad); Manuel Dorado Aguayo (relaciones con la Banca); Francisco Zurita Bueno (Actividades y Recursos); José Moles Pérez ( adjunto al hermano mayor); francisco Villanueva Ortiz (acción social y obras de misericordia). Serán los directores espirituales los sacerdotes, Manuel García Gálvez y J. Gabriel Martín Rodríguez, párrocos.

La Virgen de la Esperanza va a ser coronada en 2018. Tarde, a mi juicio. ¿Qué Dolorosa granadina la supera en méritos para este suceso? Quizá muy pocas…quizá casi ninguna. Me viene a la mente la Soledad de Santa Paula, que tampoco está coronada.

La Esperanza (Tres Necesidades, su advocación original), es la Dolorosa genuina de la Semana Santa de Granada. Ella ha estado presente los Viernes Santos en las calles de la ciudad dieciochesca y decimonónica, salvo los tiempos malhadados de la Guerra de la Independencia, de la Exclaustración y los posteriores, que nos privaron de su presencia, que fue recuperada en 1930. Muchas generaciones de granadinos la contemplaron por sus calles, le rezaron, se arrodillaron y santiguaron a su paso. Ella merece indiscutiblemente el homenaje de la Coronación. Así lo he proclamado, desde hace muchos años, en tertulias, artículos y libros. Por fin…

Con una nueva corona será coronada Nuestra Señora de la Esperanza de Granada en 2018. La hermandad en reciente cabildo de febrero de este año aprobó el proyecto del reconocido orfebre cordobés Manuel Varela Pérez, que realizó la corona de coronación de la Virgen del Valle de Sevilla. Parece que dicha corona se realizará según el diseño que presentó el bordador de Granada, José Manuel Hurtado Martínez.

 

 

BLOG ANTONIO PADIAL: https://apadialbailon.blogspot.com

Artículos Relacionados