Miles de personas visitaron ayer la tumba del fraile.
Miles de fieles muestran este sábado su fervor a Fray Leopoldo de Alpandeire en la basílica del centro de Granada que acoge la cripta con sus restos mortales, coincidiendo con el 63 aniversario de la muerte de este conocido limosnero malagueño que fue beatificado en 2010.
El entorno de la parroquia, situada en los Jardines del Triunfo, reedita desde primeras horas de esta mañana la estampa de largas colas de peregrinos procedentes de diferentes provincias españolas, especialmente de la zona de Andalucía oriental, que honran y veneran al religioso.
Muchos de los devotos agradecen con flores los favores del beato, presentan sus peticiones y recuerdan el 63 aniversario de su muerte como cada día 9 y especialmente en febrero cuando se cumplen años de su fallecimiento.
Fray Damián de la Rambla, fraile cordobés capuchino de 90 años y que llegó a ser enfermero del beato, ha explicado a Efe que desde las 6.45 horas, cuando se ha abierto la basílica, empezaron a acceder a la cripta los fieles, que se congregaban en el entorno desde incluso antes.
A lo largo de la jornada, en la que el fraile y portero de la parroquia percibe incluso más afluencia que otros años por coincidir el aniversario con el fin de semana, se celebran distintas misas, la primera a las 8 de la mañana y la última a las 7 de la tarde.
El 12 de septiembre de 2010 se celebró la beatificación de fray Leopoldo de Alpandeire, que fue presidida por Angelo Amato, prefecto de la congregación de las causas de los santos y delegado pontificio para la celebración.
El conocido como fraile limosnero, Francisco Tomás Sánchez Márquez, nació en la localidad malagueña de Alpandeire en 1864 y tomó el hábito capuchino en el convento de Sevilla en 1899, momento en el que cambió su nombre por el de Leopoldo.
En 1904 llegó a Granada, donde se quedó definitivamente, ciudad en la que se hizo muy popular por su oficio de fraile limosnero, que mantuvo hasta su muerte en esta ciudad a los 92 años el 9 de febrero de 1956.