Obra asistencial de la cofradía de La Esperanza.
La Casa de la Esperanza, iniciativa solidaria de la Hermandad del Gran Poder y la Esperanza en colaboración con las hermanas adoratrices y la Fundación Amaranta, que nace para dar apoyo especialmente a mujeres que han sido objeto de prostitución o trata de personas, ha mejorado sus instalaciones ofreciendo un piso más amplio, luminoso y próximo a la casa madre de las hermanas adoratrices.
Así ha sido desde hace unos meses cuando, “fruto de la necesidad y de la incesante demanda” de la Fundación Amaranta, se estudió la posibilidad de mejorar las instalaciones que dan acogida a este grupo de mujeres en situación de exclusión social.
La Fundación Amaranta es una organización que ya tiene sedes en distintos lugares de España y que nace por iniciativa de las Hermanas Adoratrices y de la Hermandad del Gran Poder y la Esperanza como una respuesta a la situación de muchas mujeres y adolescentes víctimas de la prostitución o de trata con fines de explotación sexual, o que forman familias “monomarentales” en situaciones de vulnerabilidad.
Desde hace año y medio, la Casa de la Esperanza ha acogido ya a una treintena de personas, entre mujeres y menores, que andaban buscando esperanza y un cobijo “que otros le negaban”. Con estas nuevas instalaciones, se pretende mejorar esta ayuda destinada a hacer a estas mujeres protagonistas de su proceso vital, respetando su libertad y dignidad acogiéndolas incondicionalmente, rechazando cualquier forma de violencia”.
Desde la Real Hermandad del Gran Poder y la Esperanza afirman que, “tristemente”, la actividad de la Casa de la Esperanza está lejos de terminar desde el inicio de su actividad durante la primavera de hace dos años, coincidiendo prácticamente con la celebración del 300 aniversario de la realización de la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza.