Ante la reiteradas comunicaciones recibidas solicitando aclaraciones sobre la situación de las cantidades abonadas por el uso de los palcos en la Carrera Oficial en la Semana Santa de 2020, desde la Real Federación de Hermandades y Cofradías de la Semana Santa de la Ciudad de Granada, se desea señalar lo siguiente:
1º.- La Federación de Hermandades y Cofradías y por ende todas las hermandades a ella pertenecientes, son Asociaciones de la Iglesia sin ánimo de lucro.
2º.- Las Estaciones de Penitencia de todas y cada una de las hermandades y cofradías no son ni están consideradas un “espectáculo”. Y así se ha señalado al Ministerio de Hacienda, en referencia a la cuestión del abono del I.V.A.
3º.- Existen una serie de contratos con las empresas adjudicatarias, Calero Aguilera y Evento 2000, que aún sin iniciar el montaje de las estructuras metálicas de los palcos obligan a un compromiso y cumplimiento a esta Real Federación de Hermandades.
4º.- Una vez que el actual estado de alarma surgido por la pandemia que aún persiste lo permita, se procederá a la convocatoria de un Pleno de Hermanos Mayores. En el mismo y ante todos los informes con los que se cuente y se puedan recabar hasta el día de su celebración, se procederá a tomar la decisión o las acciones oportunas que vengan a subsanar la situación que se ha producido con los abonados, que tienen derechos y obligaciones en el alquiler de su palco distintos en todo caso al que solo realiza el alquiler de una silla. Y que también repercute directamente en nuestras Hermandades y Cofradías.
5º.- Esta solución, o soluciones que se puedan tomar en el pleno indicado, tienen y deben de ser conjuntas y unánimes dentro del seno del Pleno (Hermandades y Federación), como ente donde están representadas todas las hermandades federadas. Desde estas líneas rogamos a todos los cofrades que eleven una oración por nuestra sociedad y de forma muy especial por los enfermos y personas más vulnerables, así como por el descanso eterno de los fallecidos que está provocando esta pandemia. Rogamos y nos encomendamos a Nuestra Señora de las Angustias para que acoja y presente al Padre las oraciones y súplicas que le dirigimos».