Desde la pasada semana, Nuestra Señora del Rosario vuelve estar expuesta al culto divino de sus fieles y devotos en su capilla de Santo Domingo. Luce ataviada de reina, con el color blanco, propio de la celebración del triunfo pascual de Cristo resucitado.
En su mano porta un rosario de azabache negro, en recuerdo de todas las víctimas que lamentablemente ha ocasionado la pandemia que azota nuestro país. Le rogamos a Ella que interceda ante el Padre, todo poderoso para el fin de la enfermedad.