Las bandas que tocan para las cofradías de la Semana Santa de Andalucía podrán ensayar y tocar en los próximos días, pero lo harán conforme a unas normas muy claras que los obligarán a trabajar casi siempre al aire libre y con un máximo de cincuenta músicos, para reducir el riesgo, en el actual nivel de alerta y de 80 si las condiciones mejoran en las próximas semanas.
La Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía tiene ya listo el protocolo que servirá para regular la actividad de unas formaciones que, al no ser profesionales, no podían reunirse ni trabajar de ninguna forma. En los primeros días de esta semana se publicará en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA), con lo que entrará en vigor y permitirá que las formaciones vuelvan al trabajo. Desde que comenzó la pandemia del Covid apenas pudieron trabajar entre el verano y el otoño, pero la llegada de la segunda ola les obligó a volver a la situación anterior.
Para empezar, lo ensayos y conciertos no son posibles en el nivel de alerta 4, el de muy alto riesgo de transmisión, pero sí en los 2 y 3. La actividad musical se hará «con unas medidas preventivas generales y particulares», que incluyen además al número de integrantes. No podrá pasar de cincuenta en el nivel 3, con lo que obligará a adaptar la instrumentación.
Los ensayos en que se trabaje con instrumentos de viento, y en todas las bandas son mayoritarios, tendrán que hacerse al aire libre y en espacios no cerrados alejados del tránsito de personas. Los miembros de la banda tendrán que mantener entre sí una distancia de al menos dos metros.
El protocolo que ha elaborado la Consejería de Salud y Familias hace especial hincapié en que el uso de instrumentos de viento supone una actividad «considerada de alto riesgo, tanto por las gotículas expedidas como por los aerosoles generados». Si se hace en espacios cerrados o mal ventilados y durante mucho tiempo, aumenta.
Las actuaciones serán al aire libre, otra vez con un máximo de hasta cincuenta músicos, que tendrán que guardar dos metros entre sí y un mínimo de cuatro con el público que acudan. El aforo se regirá por lo establecido por la Junta de Andalucía que ahora, en la provincia de Córdoba, es del 60 por ciento de la capacidad.
¿Sería posible un concierto en un lugar cerrado? Es, como dice el documento de la Junta de Andalucía, un «caso excepcional». Sería en espacios de «gran amplitud y ventilación natural adecuada y permanente», otra vez con un máximo de 50 personas en el nivel 3 de alerta. La distancia con el público tendrá que ser en estos casos de cinco metros.
Las condiciones cambiarían si la evolución de la pandemia es buena, la tasa de incidencia continúa bajando y se reduce también el número de personas que están en los hospitales y en las Unidades de Cuidados Intensivos. A partir de ahí, los ensayos y los conciertos podrían hacerse con hasta ochenta músicos, aunque con idénticas distancia entre los componentes de las bandas y el público. Para recitales que, de forma excepcional, se puedan realizar en recintos cerrados, el número máximo de componentes será otra vez de cincuenta, incluso en el nivel 2.
El documento regula además ciertas prácticas de los músicos con sus instrumentos de viento, que puedan hacer crecer el riesgo. Así, es habitual que soplen para limpiar las llaves con las que se consiguen las distintas notas o que compartan distintos elementos, como boquillas o cañas en los instrumentos de viento-madera. A partir de ahora, estas partes del instrumento serán de uso exclusivo y no se podrán compartir. Será obligatorio desinfectar los instrumentos de percusión y sus accesorios, además de los atriles, sobre todo aquellos que puedan compartir algunos músicos. La expulsión de la saliva que se acumula en los instrumentos tendrá que hacerse en vertical, hacia el suelo y procurando que también tenga la distancia social con el resto de componentes y con el público, en caso de conciertos.
Los instrumentistas de viento sólo se quitarán la mascarilla para tocar, y tendrán que llevarla durante todas las operaciones anteriores durante el ensayo, pero los de percusión la deberán llevar puesta todo el tiempo. Las bandas deberán, además, llevar un registro de las personas que acudan a cada ensayo o conciertos y tendrán que procurar que siempre vayan las mismas personas. Lo tendrán que guardar, al menos, durante catorce días, ya que es básico para rastrear a los contactos en el caso de que algunos de ellos dé positivo en Covid.
El documento establece además la recomendación de usar empapadoras para la saliva acumulada, obligatoria en conciertos cerrados, ya que permite retener la saliva y expandir los aerosoles sin que se resienta la calidad del sonido que tiene que salir por la campana de cada instrumento.
Estas medidas no han llegado a ser del agrado de los músicos de las bandas. De hecho, se considera que la llegada de las medidas «Ya es tarde, muchas bandas no van a llegar a los eventos programados para la Cuaresma y la Semana Santa», como señala Manuel Esteban, presidente del Consejo de Bandas de Sevilla, que ha visto cómo han pasado los meses sin que desde las administraciones se les dé una solución a un problema que parte de la indefinición de estas formaciones no profesionales, que no están recogidas como actividades permitidas durante estos tiempos de restricciones sanitarias.
En enero los consejos de cofradías de Andalucía pidieran a la Junta de Andalucía que las tuviera en cuenta. De ahí salió el compromiso de que, en el plazo de diez días, iba a estar listo un protocolo para permitir que pudieran reunirse con seguridad sanitaria y dentro del marco horario establecido antes del toque de queda. Sin embargo, ha pasado más de un mes y la autorización no ha llegado. «Dicen que un primer protocolo lo mandaron al presidente del Consejo de Málaga, pero aquí no llegó nada, ni tampoco lo han reclamado», explica Esteban. De esta forma, el Consejo de Bandas de Sevilla, en unión con los de Málaga, Córdoba y Jaén, redactó un protocolo con la intención de que, esta misma semana, recibieran ya el plácet. Pero el pasado miércoles, en una reunión en la que se acordó la hoja de ruta a seguir para los ensayos y actuaciones, se les indicó que el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía no iba a salir publicado hasta la semana que viene. Y, hasta que eso no suceda, el Ayuntamiento de Sevilla no podrá garantizar estas reuniones ya que no existe marco legal.