La alcaldesa de Motril, Luisa María García Chamorro, ha visitado recientemente el taller de trabajo del joven motrileño Jesús Ortega Fernández, graduado en la especialidad de restauración y quien decidió, en su día, afincar su actividad profesional en su propia ciudad “lo que es una apuesta valiente y un compromiso por su tierra que es necesario reconocer”, ha dicho la primera edil quien ha comprobado, in situ, el grado de ejecución de varias de las intervenciones que realiza actualmente Ortega.
Para la alcaldesa, es igualmente loable el hecho de que este tipo de desempeño profesional, que se polariza en las grandes capitales andaluzas, se ubique en Motril “y ponga a la ciudad en el mapa de las personas capacitadas, expertas y competentes para acometer trabajos de conservación y preservación de nuestro patrimonio artístico”, señaló García Chamorro.
De hecho, Jesús Ortega Fernández tiene tras de sí una inquietud artística arrastrada desde que era un niño. Sus creaciones realizadas en plastilina pronto llamarían la atención de su entorno y, de ahí, se dio el salto a los estudios universitarios que hoy lo han convertido en un nombre a tener muy en cuenta en el contexto de la restauración, e incluso la pintura y el diseño de elementos artísticos. Su campo, como el mismo indica, se extiende inicialmente a las parroquias, hermandades, cofradías y particulares; colectivos de los que no cesa de recibir encargos y cometidos ciertamente notables, como la restauración de la Patrona de La Rábita o numerosas imágenes religiosas tanto pertenecientes a templos como a manos privadas. “Trabajo principalmente con escultura en madera, devolviendo el esplendor a la misma para que recupere toda su autenticidad”, señala Ortega quien añade que “mi pasión y devoción la convertí en mi profesión”.