El Ayuntamiento de Cúllar Vega ha dedicado un monumento en el centro del municipio a una de las tradiciones más famosas de la localidad, la Fiesta del Resucitado, también conocida como la ‘Procesión de los Petardos’.
Esta curiosa procesión tiene lugar cada año el Domingo de Resurrección, y en ella, los vecinos de Cúllar Vega reciben al Niño Jesús Resucitado entre miles de petardos. En el año 2014, fue declarada por la Junta de Andalucía Fiesta de interés cultural, tradicional y religioso.
El monumento está ubicado en el lugar más céntrico de la localidad: el cruce del Paseo de la Aurora con la Plaza Felipe Moreno, por la que cada día pasan muchísimos vehículos y peatones. Consta de dos esculturas en bronce, obras de Venancio Sánchez, que representan a un padre y su hija participando en la procesión del Niño Resucitado.
“Esta escultura representa a los cientos de culleros y culleras que desde hace décadas recibimos ese día de esta forma tan peculiar, y con ella queremos transmitir a las generaciones venideras nuestro amor por esta celebración única”, ha destacado el alcalde de Cúllar Vega, Jorge Sánchez. El regidor ha felicitado al escultor “por haber sabido plasmar con tanto realismo los rostros, movimientos, atuendos y matices de los petarderos, todo ello fruto de un gran trabajo previo de documentación gráfica y audiovisual que ha llevado a cabo”.
Sánchez ha agradecido “a toda la Corporación Municipal por apoyar esta Propuesta del Equipo de Gobierno; a los diferentes colectivos relacionados con la Fiesta (Hermandad, Parroquia, costaleros…) por recibir con agrado esta idea, y a los operarios municipales por el esfuerzo que han realizado en los últimos días para poner a punto el monumento”.
Este monumento “forma parte de la ambiciosa transformación integral del centro histórico y comercial que se está llevando a cabo desde el Ayuntamiento de Cúllar Vega, y que ha comenzado con las remodelaciones de las calles Miguel Hernández y Paseo de la Aurora.
“La procesión de los petardos” de Cúllar Vega se celebra cada año el Domingo de Resurrección. Un día antes, el sábado, el Niño Resucitado pasa toda la tarde-noche en la Casa del Mayordomo, un miembro de la hermandad que va rotando cada año, y para la que hay lista de espera.
El domingo por la mañana, la imagen del Niño Jesús Resucitado sale de procesión por las calles del pueblo, y lo mismo hace la Virgen del Rosario, pero por un camino distinto. Finalmente, ambas imágenes se encuentran en la céntrica Plaza de la Constitución, donde se hacen las famosas “reverencias” mientras los vecinos del pueblo tiran petardos, creando una enorme nube de humo.