Crear una fundación para la defensa de «los fines católicos, piadosos y sociales» de las hermandades, la constitución de un Consejo autonómico de Cofradías y retomar los trabajos para la declaración Patrimonio Inmaterial Cultural de la Humanidad por parte de la Unesco para la Semana Santa. Estos son algunos de los puntos que el informe jurídico redactado por el notario Rafael Bescansa presentaba hace unos días en Sevilla.
Se trata del primer documento de estas características que se ha dedicado a esta celebración y en el que analiza la actual situación jurídica de la Semana Santa, «tanto de las cofradías como de sus obligaciones fiscales, la personalidad jurídica, el estado de derecho canónica y hace una petición expresa para su regulación futura», señala el autor de esta publicación. Todo ello con un objetivo: «Alcanzar una mayor protección del que es un derecho fundamental recogido por la Constitución Española: la libertad religiosa, ideológica y de culto».
Como aclara el notario a este medio, «no existe una ley que regule la Semana Santa como fiesta religiosa del pueblo español. Desde el punto de vista del derecho positivo, la Semana Santa carece de un concepto, de reglas que exijan a los poderes públicos el deber de protegerla». Por ello, Bescansa agrega en su documento que «tampoco se ha dictado un marco de colaboración entre hermandades y cofradías con las administraciones públicas, ni se han tomado medidas por parte de la Administración General del Estado para fomentar su protección».
El propio notario ha realizado un estudio pormenorizado que se sustenta con fuentes documentales de expertos en la materia. Ante esto, busca que la Semana Santa sea Patrimonio Inmaterial de la Unesco por lo que «considera necesarias para establecer un nuevo escenario para la celebración retomar los trabajos que conduzcan a esta declaración hasta la existencia de una regulación fiscal para los prestadores de servicios». Del mismo modo, alega la necesidad de «crear un Consejo Autonómico de Hermandades y Cofradías en Andalucía», así como «una Fundación específica para la defensa de los fines católicos, piadosos y sociales de las hermandades y cofradías del territorio nacional».
El primero de los retos que establece Rafael Bescansa es la declaración de la Semana Santa como Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO. Para ello, el notario apunta que «habría que retomar la moción presentada por el Grupo Parlamentario Popular durante un pleno del Senado». Expediente qyue está sin finalizar y sin tramitar. Ante esto, señala que «es absolutamente imprescindible que así sea, ya que el patrimonio cultural no se limita a monumentos y colecciones de objetos, sino que comprende también tradiciones o expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros descendientes».
Otra de las medidas de este estudio apunta a «la necesidad de declarar ‘por Ley’ la Semana Santa como Patrimonio Cultural». Afirma el jurista que la Semana Santa «es cultura del pueblo español, es una tradición popular que existe en la realidad social española y está muy viva como manifestación cultural común de carácter religioso, por lo que no cabe desconocer o desvirtuar la conexión entre la misma y el patrimonio cultural español». Desde la ley, añade, que «se tiene que reforzar y reconocer el carácter de cultura y tradición».
En el informe, Bescansa propone «una regulación fiscal para las prestaciones de servicios relacionadas con la Semana Santa». En este sentido alude «a los acuerdos entre el Estado y la Santa Sede sobre asuntos jurídicos, sobre enseñanza y asuntos culturales, sobre la asistencia religiosa a las Fuerzas Armadas y el servicio militar de clérigos y religiosos y, especialmente, sobre asuntos económicos». El notario argumenta que este acuerdo «trajo una serie de benéficos y exenciones fiscales que posteriormente en base a supuestos incumplimiento de normas europeas, dejaron de tener efecto». Con esto, alude que «es necesaria la revisión y adaptación de determinadas actividades a la realidad social y fiscal actual». Entre otras cosas, la declaración de la Semana Santa como cultura «trae como consecuencia que todas aquellas prestaciones de servicios que no estén exentas del IVA, tributen al tipo reducido del 10 por ciento», como ya ha conseguido la Asociación Gremial de Arte Sacro con los mantos.