VÍZNAR. Celebración de San Blas

La parroquia del Pilar en Víznar celebra los cultos por la festividad de su patrón, San Blas, hasta el próximo 6 de febrero. Esta tarde, tendrá lugar a partir de las 18:30 horas el rezo del Rosario a la Virgen de la Candelaria seguida de la procesión con cirios blancos y la celebración de la Misa.

La parroquia de Nuestra Señora del Pilar en Víznar está celebrando los cultos dedicados al patrón de la localidad, San Blas desde el lunes, 31 de enero. Esta tarde, 2 de febrero, Solemnidad de la Virgen de la Candelaria, a las 18:30 el templo acogerá el rezo del Rosario a la Virgen seguido del paso por el manto de los niños bautizados y adultos que lo deseen. Posteriormente tendrá lugar la procesión con cirios blancos y la celebración de la Misa.

Asimismo, en la jornada de mañana, 3 de febrero, día de San Blas, de 11 a 13 horas la parroquia estará de puertas abiertas. Por la tarde la Misa será a las 19 horas y estará presidida por D. Roberto Benavides Rodríguez, párroco de Ntra Sra del Carmen de Motril. También, en el marco de esta Eucaristía tendrá lugar la bendición de gargantas ya que San Blas es protector de los que padecen enfermedades de gargantas y de los laringólogos.

En el fin de semana los cultos continuarán el 4 y 5 de febrero con la celebración de la Misa a las 19 horas, en esta última con la bendición de las Roscas. Por último, el domingo día 6 de febrero se celebrará la Misa Mayor de San Blas en la parroquia de Víznar a las 12 horas seguida de la procesión del santo por la tarde, a las 18 horas.

 SAN BLAS, SANADOR DE CUERPO Y ALMA

San Blas fue obispo y mártir, padeció bajo el emperador Licinio en la ciudad de Sebaste, en Armenia. El culto de este santo se extendió durante la Edad Media, como protector de los problemas de garganta.

Nació en Sebaste en el siglo III. Ejerció como médico de cuerpo y también de almas. Su cargo episcopal sucedió por aclamación popular, según la usanza de entonces.

Tuvo que afrontar el tiempo de persecución de los emperadores, empezando por Diocleciano, que fueron muy violentas en la tierra armenia. Este obispo fue a refugiarse a las montañas cercanas a la ciudad.

En su exilio montañero se dedicó a la oración y a la penitencia, en donde se dice que iban a hacerle compañía las fieras. Precisamente, un prefecto romano, buscando fieras para el circo, descubrió el escondite de San Blas. Al ser apresado y conducido a la cárcel, las gentes le aclaman. Milagrosamente intercede por una joven que tenía una espina en la garganta, de ahí que se le considere el santo intercesor de los dolores de garganta.

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