No solo no habrá procesiones en las calles de nuestras ciudades en la próxima Semana Santa, sino que también faltarán otras salidas de imágenes a la calle, tanto en la capital como en la provincia.
Precisamente pueblos de la provincia han sido los primeros que se han visto afectados por el decreto arzobispal en el que no se autoriza los actos de culto externo. El primero de ellos ha sido Motril, que no tuvo la procesión de la Fiesta de los Terremotos, a los que han seguido otros que tenían previsto procesionar a su Patrón, San Sebastián o San Antón, además de procesiones tan tradicionales como la de San Ildefonso en Peligros o el Nazareno en Churriana de la Vega.
En el caso de la capital granadina, la primera procesión que faltará será la de San Cecilio, por las calles del Realejo. La cita que cada año organiza la cofradía de Los Favores y la parroquia de San Cecilio en los primeros días de febrero este año no podrá desarrollarse. Además, se supone también que el Ayuntamiento de Granada no organizará la tradicional romería al Sacromonte.
En marzo faltará otra procesión de gloria muy esperada cada año en la capital, como es la de San Juan de Dios. El pasado año tuvo un carácter muy especial, destacando que además del paso del copatrón granadino también salieron los pasos de un Niño Jesús y San Rafael. Fue la última procesión que pisó las calles antes de la declaración del estado de alarma.
Con la prohibición decretada por el arzobispo, se supone que tampoco durante la Cuaresma podrán desarrollarse los tradicionales víacrucis, y si no se dicta otra cosa tras la próxima Semana Santa, peligran también la romería de la Virgen de la Cabeza en el último fin de semana de marzo, la del Rocío en mayo e, incluso, la del Corpus.