Tras el decreto del arzobispo en el que se determinaba la suspensión de los actos de culto externo para toda la Archidiócesis por la inseguridad en la evolución de la pandemia de Covid-19 y la vacunación, la Archidiócesis ha remitido a las hermandades una serie de indicaciones para la Cuaresma y la Semana Santa.
Pero, ¿estas normas será decretadas también ahora en otras ciudades andaluzas como Granada? Se ha visto que los decretos de suspensión de las procesiones han ido siguiendo la misma línea que en Sevilla, primeras en publicar su decreto de suspensión. ¿Pasará ahora lo mismo? ¿Qué dicen estas normas?
En una nota, el Arzobispado señala que «aunque estos actos de piedad y penitencia no puedan realizarse este año en las calles como prescriben nuestras reglas y la hermosa tradición heredada por las hermandades, ello no significa que no sigan constituyendo el momento privilegiado para los hermanos de la hermandad crezcan en el amor a Dios y en la conversión de sus pecados, en comunión con la Pasión del Señor y las lágrimas de la Santísima Virgen María». Por ello, llama a celebrar el Triduo Pascual y marca una serie de recomendaciones para seguir durante este tiempo de preparación para la penitencia y de la Pasión de Cristo.
«El uso de las nuevas tecnologías nos permite, en estos tiempos de confinamientos y aforamientos, que las celebraciones y actos de las hermandades puedan ser transmitidos a los hermanos con costes muy económicos y sin límites geográficos. Todo ello no deja de ser un gran apoyo que las hermandades están aprovechando muy bien y así debe seguir siendo, pues los principales beneficiarios son los enfermos, los ancianos y las familias que vivan lejos. No obstante, siempre que se pueda y teniendo en cuenta las prescripciones sanitarias, no descuidemos la participación presencial para tener un encuentro más personal e íntimo con el Señor».
Cuaresma
– Celebrar en todo lo posible los cultos de reglas cumpliendo las indicaciones sanitarias.
– Es ocasión de fomentar la celebración comunitaria del sacramento de la penitencia con confesión individual.
– Dado que están impedidos los actos de culto externo, reemplazarlos por una celebración de la Palabra (usando el rico repertorio de los leccionarios de Cuaresma), o el rezo del vía crucis, del santo rosario o de la corona dolorosa.
Semana Santa
– No se expondrán las insignias y otros enseres al modo como tradicionalmente se hace en el día de la estación de penitencia (lo que coloquialmente conocemos como “altares de insignias”). Si las hermandades o consejos organizan algún tipo de exposición de estos enseres, es preferible usar otras salas al efecto.
– Si el párroco (y el director espiritual, si fuera otra persona) lo juzga conveniente, las hermandades pueden entronizar las imágenes titulares en altares efímeros de culto, siempre y cuando no afecten al buen desarrollo de las celebraciones del Triduo Pascual que, recordemos, es el verdadero centro de la fe de los cristianos en los días de Semana Santa y auténtico sentido de las estaciones de penitencia y actos piadosos de las hermandades y cofradías.
– Celebrar en todo lo posible los actos de culto que las reglas prescriban y que las disposiciones normativas permitan, con las oportunas adaptaciones.
– Las imágenes pueden exponerse en veneración extraordinaria, previa solicitud a la Delegación Diocesana de Hermandades y Cofradías, a propuesta del cabildo de oficiales de la hermandad y con el visto bueno del director espiritual (y del párroco, si fuera otra persona). Deberán exceptuarse, sin embargo, los días del Triduo Pascual por su especial carácter litúrgico: el Jueves Santo se dedicará a la adoración eucarística; el Viernes Santo, a la adoración de Cristo en la Cruz; y el Sábado Santo, hasta que no se celebra la Vigilia Pascual, la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor.
– En el día de la estación de penitencia puede celebrarse el acto de piedad y oración. Al menos téngase en cuenta la intención común que allí se indica, de manera que, como todos los años, las hermandades y cofradías de la Archidiócesis de Sevilla se unan en una misma plegaria al Señor.
– Las celebraciones litúrgicas del Domingo de Ramos y del Triduo Pascual (Jueves Santo, Viernes Santo y Vigilia Pascual) deben quedar reservadas a la parroquia, salvo en aquellos lugares donde sea costumbre consolidada realizarlas en la sede canónica de la hermandad o donde, con la anuencia del párroco, y de forma excepcional dadas las actuales circunstancias, pueda obtenerse un gran beneficio pastoral. La parroquia, como comunidad de fieles que profesan la misma fe, celebran los sacramentos y se entregan al servicio de los más pobres, y a la que la hermandad pertenece, constituye el lugar idóneo para celebrar, con toda la familia parroquial y en íntima comunión con Cristo, los grandes misterios de la redención humana que las hermandades y cofradías conmemoran en estos días.
Domingo de Ramos
– Las hermandades se unirán a su parroquia en la misa del Domingo de Ramos.
Jueves Santo
– Las hermandades se unirán a su parroquia en la Santa Misa de la Cena del Señor.
– En las sedes canónicas donde haya reserva del Santísimo, que la hermandad adore el Santísimo Sacramento, pudiendo preparar altares con austera solemnidad a tal efecto. Para favorecer la adoración silenciosa y prolongada a Jesús Sacramentado propia de ese día, sería conveniente organizar una hora santa u otro acto de oración.
Madrugada
– Después de la medianoche del Jueves Santo, se proseguirá la adoración al Santísimo Sacramento, si bien se realiza sin solemnidad, pues ya ha comenzado el día de la Pasión del Señor.
– Durante esta noche las hermandades pueden realizar algún acto de piedad propio del Viernes Santo.
Viernes Santo
– Las hermandades se unirán a su parroquia en la celebración de la Pasión del Señor.
– Tras ella, pueden tenerse en las sedes canónicas de las hermandades diversos actos de piedad: ejercicio del vía crucis, adoración de las Cinco Llagas de Jesús Crucificado, ejercicio de las Siete Palabras de Nuestro Señor Jesucristo en la cruz, rezo de la corona de los Siete Dolores de la Santísima Virgen María.
Sábado Santo
– Durante el Sábado Santo, la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su Pasión y Muerte, su descenso a los infiernos y esperando en la oración y el ayuno su Resurrección.
– La hermandad puede realizar de forma comunitaria el rezo de Laudes según los textos del Oficio Divino. Igualmente, otra hora canónica (Tercia, Sexta, Nona).
– También pueden tenerse diversos actos de piedad, como la lectura evangélica del relato de la Pasión o el ejercicio del vía crucis.
Vigilia Pascual
– Las hermandades se unirán a su parroquia en la celebración de la Vigilia Pascual.