El primer fin de semana de la próxima Cuaresma serán los pregones de las Semanas Santas de Almuñécar, Motril y la capital granadina, por este orden. O lo que es lo mismo, Fernando Argüelles, Francisco Estarli y Fernando Díaz de la Guardia serán los encargados de anunciar la llegada de los días más importantes para los cofrades.
Pero, ¿tiene sentido pregonar la Semana Santa de nuestras hermandades cuando ya se sabe que las mismas no saldrán a la calle? El año pasado las tres ciudades pudieron celebrar sus pregones, ya que el estado de alarma se decretaba tan solo unas jornadas después. Esto hizo que en otras ciudades de la provincia, como Loja o Huéscar no se celebraran los pregones (cuyos pregoneros ‘repiten’ en esta ocasión). Lo mismo ocurría en el resto de capitales andaluzas.
Este año, se espera que no haya prohibición de salir a la calle como el año pasado, por lo que se podrán realizar actos. Pero, ¿merece la pena hacer un acto solemne de este tipo con un aforo muy reducido, sobre todo en ciudades donde el acto no puede ser televisado? ¿Tiene sentido anunciar procesiones que no se celebrarán? ¿Sería mejor que los pregoneros guardaran sus intervenciones para el año 2022?
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En las próximas semanas las respectivas federaciones y agrupaciones de cofradías deberán manifestar si conservan o no estos actos, y seguro que se estará también pendiente de lo que pueda decidirse en otras ciudades andaluzas y de las normas de aforos que existan.