La imagen de la primera patrona de la ciudad de Granada, la Virgen de la Antigua, presidió ayer el altar de la Catedral durante la celebración de la festividad litúrgica del Corpus, que ayer tampoco salió a las calles.
El arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, presidió la celebración en la catedral de Granada, que completó el aforo permitido dadas las medidas de la prevención de la Covid-19, e incluso fueron muchas las personas que se quedaron en las puertas del templo ante la imposibilidad de acceder al mismo. Granada tenía ganas de Corpus.
Las principales autoridades civiles y militares de la ciudad llenaron los primeros bancos del templo, en una celebración en la que el arzobispo invitaba a celebrar “el Corpus pidiendo al Señor que abra nuestros corazones a ese amor que es capaz de abrir nuestro corazón a la alegría y a la esperanza”. Al término de la celebración eucarística llegó el momento más especial de la jornada, la procesión por las naves del templo con la Custodia sobre unas sencillas andas, como ocurría ya el pasado año.
Los costaleros sacramentales fueron los encargados de portarla, bajo la atenta mirada del capataz de la cuadrilla, Pepe Carvajal. Sus hombres llevaron las andas de plata con la custodia, sin faltar los aplausos y vítores al Corpus, como cada año ocurre en la calle. No faltó tampoco una lluvia de pétalos al concluir la ceremonia.