Fue al comienzo de la Cuaresma cuando Jesús de las Tres Caídas bajaba del barrio del Albaicín hasta el Realejo. Parecía un sueño, tras los dos años de pandemia, pero el traslado en víacrucis del titular de la cofradía del Rosario hacía a todos reencontrarse con la normalidad de la Semana Santa granadina.
En el templo de Santo Domingo ha permanecido la imagen desde entones, y desde allí partía en estación penitencial el pasado Miércoles Santo, cuando a pesar del peligro de lluvia, todo transcurrió con normalidad.
En la tarde de ayer domingo, el Cristo caído del Realejo volvía a su casa, al convento de Santa Isabel la Real, donde permanecerá prácticamente un año, hasta que comience nuevamente la Cuaresma. Aunque tradicionalmente es el sábado posterior a la Semana Santa cuando se realiza el traslado, dadas las inclemencias meteorológicas de la jornada de ayer, el mismo se aplazaba hasta este domingo. Muchos hermanos, y cofrades de la ciudad, acompañaron a la imagen que en andas y con túnica blanca ascendió hasta el Albaicín. Cuando nuevamente lo veamos bajar tendremos una nueva Semana Santa en las puertas.