El Viernes Santo de 1961, un percance imprevisto hizo que la hermandad de Los Escolapios realizara su estación de penitencia con uno solo de sus pasos: el de la Virgen del Mayor Dolor, que llevaba una abundante sección de mantillas con la camarera mayor Amparo Navajas Fernández Crehuet.
El Cristo de la Expiración tuvo que quedarse en su templo por una atrofia del mecanismo de bajada y elevación de la cruz, que se manifestó en el momento de la salida del paso, impidiendo que se pudiera bajar al Crucificado para salvar la escasa altura de dintel de la portada de la iglesia.
Hoy rescatamos una fotografía de aquel año, publicada por la propia hermandad del templo de San José de Calasanz, en nuestra sección de imágenes del ayer.