En las procesiones del miércoles 15 de agosto.
La tradición volvió a cumplirse, y ayer las calles de Almuñécar y Motril, vivían nuevos ejemplos de fe, devoción y amor hacia las patronas de ambas localidades. La Virgen de la Antigua Coronada y Nuestra Señora de la Cabeza Coronada, respectivamente, fueron protagonsitas de la noche del 15 de agosto en las dos ciudades costeras.
Especial fue la jornada en Almuñécar, el día grande de sus Fiestas declaradas de Interés Turístico. La procesión marítimo-terrestre de la Virgen de la Antigua Coronada fue el acto que puso el broche más destacado de las fiestas del municipio. La procesión y el gran castillo de fuegos artificiales “piro-musical” fueron seguidos por millares de personas que llenaron el municipio, volviéndose así a repetir un tradición cuyos primeros datos de celebración datan de 1578, según el profesor y historiador Miguel Luis López-Guadalupe Muñoz.
La procesión salía a la calle a las 20 horas desde la Iglesia de la Encarnación, contando con representaciones de las cofradías del municipio y de institucionales locales, sin faltar un grupo del folclore tradicional ejecutando el típico baile del Fandango Cortijero, pieza del folclore local. El buen estado de la mar permitió el embarque de la Virgen en la playa de San Cristóbal, acercándola por mar una pequeña embarcación hasta la playa Puerta del Mar. Fue precisamente en ese momento cuando se lanzaba el castillo de fuegos artificiales que, por espacio de veinte minutos, maravilló a todos los que lo contemplaron. El espectáculo de luz y color en honor a la Patrona constó con 1900 órdenes de lanzamiento y 8 pistas al ritmo musical de varios temas musicales. Se emplearon más de 700 kilos material pirotécnico, realizándose el lanzamiento desde la playa Puerta del Mar, Castillo de San Miguel y Peñones del Santo y dos balsas en el mar. A su término, la procesión regresó a su templo.
Motril
También Motril vivía anoche el momento cúlmen de sus fiestas patronales con la salida procesional de Nuestra Señora de la Cabeza Ronada. El Cerro se llenó de gente para presenciar como el cortejo patronal se ponía en la calle, bajando por las empinadas cuestas para realizar su tradicional recorrido por el centro de la ciudad.
Numerosas representaciones de hermandades y cofradías de la ciudad, así como del Ayuntamiento de Motril, acompañaban a la Virgen de la Cabeza que sobre sus andas, con el característico barquito, fue despertanto muestras de cariño y devoción a su paso. Los cohetes anunciaban su llegada nuevamente al templo ya a la medianoche.