Pintado por Fernando Vaquero.
La Amargura, la Quinta Angustia y Santa Marta, junto a otros elementos de la ciudad, están presentes en la obra que anunciará la Semana Santa de Sevilla 2019.
Se trata de una Piedad, con el Cristo de la Caridad de Santa Marta, la Virgen de la Quinta Angustia y el San Juan de la Amargura acompañando. De fondo, el humilladero de la Cruz del Campo, origen que fue de la Semana Santa y, el sudario, es la túnica de la hermandad de San Juan de la Palma, con la encomienda de San Juan. Esta es la carta de presentación de la obra.
El cartelista ha asegurado que desde un principio tuvo claro que su obra debía tener un cuádruple contenido: que fuera evangélico, sevillano, cofrade y personal. «Un camino de búsqueda tan extraño como curioso que quisiera compartir con todos vosotros», ha comentado, antes de pasar a explicar mediante una presentación cómo lo compuso. A raíz de la película «Amargura», presentada el pasado año, «Carlos Colón puso una escena y la profunda voz de Barbeito leyó una lamentación de Jeremías. Era la propia Amargura la que nos lo decía, estaba ante el germen de la idea: representar el dolor de María. ¿Acaso no sufrió María más incluso que el propio Jesucristo desde su nacimiento? Después, la escena de “La Pasión” de Mel Gibson, la escena de María abrazada a María Magdalena tras el Descendimiento de Cristo», ha ido desgranando, la decimotercera estación del vía crucis.
Eso es lo que ha querido representar Fernando Vaquero. «Pero necesitaba buscar elementos de sevillanas maneras». Por eso, encontró el cuadro del Descendimiento de Pedro de Campaña, que tanto obsesionó a Murillo, que permanecía horas y horas mirando aquel cuadro en la desaparecida parroquia de Santa Cruz. «Cuando le preguntaban, decía que estaba esperando a que terminaran de bajar al Señor». Y por eso, según Vaquero, Murillo pintó el momento siguiente.
Fotografías realizadas in situ a las imágenes, en sus altares; modelos reales para aplicarles tres de los rostros más reconocidos de la pasión según Sevilla; recreaciones en la realidad para rescatar el vuelo de unas telas que han pasado de la realidad al cuadro, como ya hiciera Murillo hace cuatro siglos. Un pintor que ha sido eje de este cartel.
El cartelista necesitaba, entonces, el elemento cofradiero. «El hábito nazareno es también la prenda con la que se amortaja un cofrade». Por el centenario de «Amarguras», decidió que fuera la túnica de su hermandad de la Amargura, la que hiciera de sudario. En un boletín de la Quinta Angustia leyó la comparación entre la dolorosa y otra pintada por Murillo. «Tuve claro que tenía que ser la Virgen de la escena», ha comentado. Viendo el misterio de la Quinta Angustia, yendo a fotografiar a la imagen, «vi cómo tuvo que ser la escena del Descendimiento de Cristo».
«El Cristo de la Caridad de Santa Marta fue un claro candidato desde el principio», ha señalado. En San Andrés le esperó otro momento destacado al realizar el cartel: «Nunca olvidaré mientras viva la sensación que tuve cuando se apagaron las luces. En la penumbra, tuve la sensación de que estábamos en el sepulcro». Creado el mensaje central, sólo quedaba potenciarlo: «Quería dar sensación atmosférica y de viento, por eso el sudario moviéndose detrás». Luego, quiso poner el mismo manto murillesco de las inmaculadas, con los efectos del viento y la luz sobre el manto.
«Llegaba el momento de poner mi parte personal —siguió explicando—, y la imagen de San Juan debía ser el mío de la Amargura». Después, añadió el detalle de las letras de «Sevilla», como corona de la Virgen, en homenaje a la coronación de la Virgen de los Ángeles de los Negritos en este 2019.
El cartel está pensado hasta su perimetraje, que debía ser «en la misma proporción de las pantallas de los dispositivos móviles (147 x 82 cm)». También la historia está pensado en su cartel: el cuadro donde se ven los disciplinantes camino del templete de la Cruz del Campo, como se ve en el fondo de la escena, bajo la mano del Señor de la Caridad, como si fuera la rosa del paso de Santa Marta.