En el aniversario de su fallecimiento, que tiene lugar este miércoles 13 de mayo, Festividad de Nuestra Señora de Fátima, desde el Arzobispado de Granada se hace una oración por Conchita Barrecheguren.
El 13 de mayo de este año se cumplen 93 años del fallecimiento de Conchita Barrecheguren, quien, junto a su padre Francisco, acaba de ser declarada Venerable por el Santo Padre. Es el mismo día en el que cada mes –los días 13 de cada mes- en la iglesia de Santa María de la Alhambra y en el santuario de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro se reza por ella y se pide su intercesión, que este año, con motivo de la pandemia global, se vivirá sólo en la distancia física.
Porque en el plano espiritual, el Vicepostulador de la Causa de Conchita y Francisco Barrecheguren, el Vicario de la ciudad de Granada D. Francisco Tejerizo, invita a todos a unirse en comunión ese día a través de la oración y seguir encomendándose a la Venerable Sierva de Dios Conchita. Y especialmente en estos momentos de sufrimiento a causa del coronavirus, la invitación es a encomendarnos a la joven granadina que padeció en su vida la enfermedad, víctima de una tuberculosis.
“Desde nuestras casas sí podemos pedir a Conchita enferma por tantos enfermos, por tanto personal sanitario y por tantos que están sufriendo”, señala D. Francisco Tejerizo, animando a esa oración en comunión este miércoles 13 de mayo, festividad de Nuestra Señora de Fátima y aniversario del fallecimiento de Conchita Barrecheguren.
El Vicepostulador de su causa de beatificación define así a Conchita: “La sencillez de Conchita y su ser cristiana del montón es un testimonio actual. Ella aparece como una parábola del Evangelio, para quien quiera intuir otras posibilidades de vida y felicidad. Lo extraordinario de Conchita es su vida ordinaria y común. Pero, además, hay dos cosas específicamente singulares en ella y que le hicieron llamar la atención de quienes la conocieron: su modo de aceptar y afrontar la cruz, y su alejamiento del mundo y de todo lo que pudiera distraerla de su proceso de crecimiento espiritual”.