Ha muerto Benedicto XVI, el cardenal Ratzinger, el Papa que va a quedar para siempre vinculado a la hermandad granadina de Jesús Despojado, ya pudo contemplarlo desde cerca. Ocurría en un caluroso 19 de agosto en el Paseo de la Castellana-Recoletos de la capital de España. Corría el año 2011 y hasta Madrid había acudido la hermandad del barrio Fígares para participar en uno de los actos principales de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
El escenario de este acto fueron los 700 metros que separan las plazas de Cibeles y Colón, donde se ubicaron los 15 conjuntos escultóricos de la Semana Santa española que conformaron el Vía Crucis de la JMJ presidido por Benedicto XVI. Las 15 estaciones del Vía Crucis procedían de 12 ciudades diferentes e ilustrarán los capítulos en los que se relataba la pasión y muerte de Cristo. Benedicto XVI, en el interior de su papamóvil, se desplazaba hacia cada uno para el rezo de las estaciones, y una vez terminado el acto tenía lugar una procesión magna hasta la Puerta del Sol. A partir de ese punto, y acompañados musicalmente si la hermandad en cuestión lo estima oportuno, cada paso buscaba su templo correspondiente.
Todos los hermanos de la cofradía del Despojado nunca olvidarán ese momento. Han pasado más de diez años y sigue vivo en la memoria de todos.
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Ahora, ha muerto el Papa que presidió este acto, que también «granadinamente» será recordado por ser quien entregara, antes de ser Papa y presidir la Comisión para la Doctrina de la Fe, los libros plúmbeos del Sacromonte. Ocurría en junio del año 2000, coincidiendo con la peregrinación a Roma de la cofradía de los Escolapios y siendo arzobispo de Granada Antonio Cañizares Llovera. Y es que, precisamente, el paso de palio de Mayor Dolor fue el primero que Benedicto pudo ver. Fue en esta recordada peregrinación por las calles de Roma en el año 2000 y él estaba allí, en la plaza de San Pedro, participando en la ceremonia religiosa presidida por el Papa Juan Pablo II. Diez años después de aquel momento histórico para nuestra Semana Santa, una representación de la hermandad escolapia volvió a acudir al Vaticano. Entonces ya fueron recibidos por Benedicto XVI, a quien regalaron un cuadro de la dolorosa.
Cofrademente, Benedicto XVI en el año 2010 decretó que en la ciudad de Motril se pudiera celebrar un Año Santo Jubilar, al igual que durante estos meses en la capital granadina con motivo del centenario de la Coronación Canónica de la Virgen de las Angustias. También, desde Roma, llegó en 2009 el decreto de Coronación para María Santísima de la Aurora y algunos hermanos de la cofradía albaicinera acudieron al Vaticano a recibir el documento. Por último, no hay que olvidar que con Benedicto XVI llegó la esperada beatificación de Fray Leopoldo de Alpandeire, y el propio Papa, durante el rezo del Ángelus el 12 de septiembre de 2010, se dirigió a los granadinos señalando que se «unía espiritualmente» a ellos en la beatificación del fraile capuchino.
El papa emérito, Benedicto XVI, ha fallecido a los 95 años de edad este sábado 31 de diciembre a las 9.34 horas, según ha informado la Conferencia Episcopal Española. Benedicto XVI se ganó un lugar en la historia no por lo que hizo, sino por lo que dejó de hacer. Su honestidad al reconocer el 28 de febrero de 2013 que se sentía incapacitado para continuar como Papa -«ya no tengo fuerzas», confesó en latín- y renunciar al pontificado, un gesto inédito en los últimos seis siglos, marcó un hito en la Iglesia católica y abrió la puerta a que sus sucesores, comenzando por el propio Francisco -que ya ha confesado sus numerosos achaques, como sus dolencias en la rodilla que le han llevado incluso a comparecer en público en silla de ruedas-, puedan seguir su ejemplo. Esta humanización del cargo es la mayor contribución que deja el anciano Papa emérito, fallecido a los 95 años de edad en el monasterio Mater Ecclesiae, situado dentro del Vaticano y donde ha vivido desde que se hizo efectiva su renuncia tras un breve período en el Palacio Apostólico de Castelgandolfo, la residencia veraniega de los Papas situada a las afueras de Roma y hoy convertida en museo.