Reproducimos el artículo publicado por ‘Pasión en Sevilla’:
Los obispos de Andalucía han dado su opinión respecto a una posible celebración diferente de la Semana Santa de 2021 con motivo de los condicionantes que plantea la situación de pandemia por el Covid-19. Ante esto, los prelados de las diez provincias eclesiásticas del sur de España han mostrado su oposición a celebraciones alternativas a las tradicionales, que actualmente están paralizadas a excepción de casos muy puntuales.
Ante esto «invitan a las hermandades y cofradías a evitar sucedáneos de la verdadera piedad que brota de la celebración del Misterio cristiano, que los Obispos garantizan», así como que «en comunión con los pastores, fomenten el culto a sus Sagrados Titulares -respetando la normativa sanitaria-, continúen los procesos formativos de sus miembros y la caridad con los necesitados». Todo ello; «estaciones de penitencia, romerías, procesiones, etc…» aseguran, «es seguido con atención» por ellos.
Esta conclusión va incluida dentro de un apartado especial en su balance de la pandemia sobre la religiosidad popular que ellos dicen seguir con especial atención. pidiendo que «fomenten el culto a sus Sagrados Titulares respetando la normativa sanitaria, continúen los procesos formativos de sus miembros y la caridad con los necesitados, y eviten sucedáneos de la verdadera piedad que brota de la celebración del Misterio cristiano, que los Obispos garantizan». Estas declaraciones contrastan claramente con la opinión del propio presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, que declaraba que «La Junta busca fórmulas para hacer posible el culto público sin riesgos», así como de la mayoría de los presidentes de los Consejos de Cofradías andaluces que «ya buscan alternativas para hacer posible el culto externo». Del mismo modo, los obispos «recomiendan» a los fieles «volver a la participación en la Eucaristía de manera presencial, respetando las normas preventivas establecidas» ya que «reconocen el sufrimiento que supone para muchos cristianos no poder participar presencialmente en las celebraciones litúrgicas, o hacerlo entre restricciones y temores, especialmente en el acompañamiento de los enfermos y de los difuntos. Todas las diócesis han celebrado funerales y sufragios especiales por los difuntos y por sus familias».